domingo, 29 de diciembre de 2013

Familias de colores

              

          Conozco a muchas familias que hoy ni podían ni querían estar en la celebración de la misa de la familia en la Plaza de Colón de Madrid. Esta celebración (que no el día de la sagrada familia, que es otra cosa) es un invento del señor Rouco, digan lo que digan, que surgió como una forma de oposición frente al matrimonio homosexual. Yo lo llamaría rabieta, y a sus años, señor Rouco, las rabietas quedan fatal.

          Y es que hubo un señor en este país que hizo historia en el año 2005 al equipararnos en derechos y eliminar la normativa discriminatoria por razón de orientación sexual. Un señor apellidado Zapatero que ha caído en desgracia, ciertamente, pero que hace ocho años cumplió con su promesa. Y yo no pienso olvidar nunca eso. Este hecho histórico debió de crear algunas úlceras en la jerarquía eclesiástica española. Jamás antes vi a los obispos detrás de una pancarta (reconozco que mi memoria es limitada) y jamás los volví a ver después. Pero entonces sí, entonces salieron para decir que sólo los heterosexuales son merecedores de todos los derechos de ciudadanía. Y han ocurrido cosas muy graves que a ojos cristianos deberían ser un escándalo y motivo para salir a las calles en masa, el desmantelamiento del Estado del bienestar, se me ocurre, por ejemplo. Pero oye, ni mú.

          Hoy el señor Rouco ha vuelto a insistir en la defensa del matrimonio y de la familia cristiana, como la única con valor natural. Si los empachos navideños os permiten daros el gusto de revolveros las tripas, os dejo el enlace con su homilía de hoy. Por suerte, al menos en apariencia, el Papa Francisco está siguiendo otro camino algo distinto y el señor Rouco, bien es cierto que por una cuestión de edad, tiene los días contados. Quizá esta perversa celebración en la Plaza de Colón muera al mismo tiempo en que perdamos de vista al señor Rouco. El Papa Francisco habla de los refugiados y los exiliados, un tema que le preocupa más, pero Rouco no, el jefe de la Iglesia católica española está más preocupado por saber quién comparte nuestra cama. Porque si no es amor entre hombre y mujer no es amor verdadero.

          No deja de ser paradójico y hasta divertido, que la familia cristiana que tanto defiende este señor, tenga su origen precisamente en una familia atípica, la de Jesús, María y José, en la que la pareja de hombre y mujer no están casados y el padre de la criatura no es la pareja de la madre, sino el espíritu santo. ¡Santo Dios! ¿y se alarman porque dos hombres o dos mujeres se amen hasta el punto de querer vivir juntos y formar un hogar?

          Conozco familias que lo están pasando realmente mal en esta situación de crisis. Sin trabajo, sin recursos, a veces sin hogar. Estas familias no se sienten atacadas por la normativa que nos iguala en derechos sin distinción de orientación sexual, sino por los recortes sistemáticos del bienestar social. Eso sí son ataques y eso sí debería ser motivo de preocupación y denuncia.

          También conozco a personas cristianas que no merecen ser representadas por impresentables como el señor Rouco. Personas que merecen una Iglesia más preocupada por las verdaderas necesidades humanas, una Iglesia adaptada a los tiempos y que demuestre con hechos lo que un día dijo ese Jesús de Nazaret al que en buena medida han traicionado. Una Iglesia que exija a quienes nos gobiernan el reconocimiento de los derechos que una sociedad avanzada y justa debe defender por encima de intereses particulares. Una Iglesia que se preocupe por TODAS las familias y TODAS las personas.

          Las familias son mucho más que el sexo genético de sus componentes. Las familias son ese lugar donde nace, crece y se desarrolla el amor, el apoyo, la comprensión, el respeto y la aceptación incondicional. Las familias son refugio constante, son respiro emocional, son compañía y consuelo. Las familias tienen muchas formas, muchos matices, muchos colores. Yo no quiero familias grises, yo no quiero modelos que opriman, que limiten, que hagan sufrir.

          Yo quiero familias diversas. Yo quiero familias felices. Yo quiero familias de colores.



domingo, 22 de diciembre de 2013

Somos de colores



          Será que ya estamos inmersos en estas "entrañables fechas", será que se acaba el año y es hora de hacer balance, será que vemos más a la familia y a los amigos, será que es momento de reencuentros esperados y algún que otro exceso, no sé lo que será, pero hoy al sentarme a escribir sólo pienso en la igualdad. Sé que es un concepto muy manoseado, muy debatido, muy cuestionado, pero en su esencia se esconde de algún modo la justicia y la dignidad que quiero para todos los hombres y mujeres de este mundo, un mundo a veces poco habitable, a veces único, a veces cruel, a veces maravilloso y siempre fascinante.

          No voy a teorizar, no lo suelo hacer, creo que no se me da muy bien. Prefiero compartir una lectura que hice hace tiempo, pero que hoy, preocupado por la desigualdad y la injusticia que nos rodea, me viene a la memoria. Se trata del libro de ficción "Criadas y señoras" (The help) de Kathryn Stockett. Una lectura entretenida y con un trasfondo social que me enganchó hasta el final del libro. Un grupo de mujeres de distinta clase social lucha en la clandestinidad por acabar con la segregación racial, avergonzadas e indignadas por una situación que de facto conculca derechos por el color de la piel.

          El libro trata muchos otros temas relacionados con la desigualdad social y tan interesantes como la temática principal. Voy a compartir un extracto que me impresionó especialmente, que además de la discriminación por color de piel o clase social, añade la discriminación por orientación sexual. El relato es en primera persona, una criada negra cuenta su experiencia cuidando niños en casas de gente blanca:
“Ya me había pasado antes que los bebés a los que cuido me confundan con su madre. La primera palabra que dijo John Green Dudley fue “mamá”, y cuando la pronunció me estaba mirando a mí. Pero pronto empezó a llamar a todo el mundo “mamá”, hasta a su padre o a él mismo. Lo hizo durante mucho tiempo y nadie le dio importancia. Sin embargo, cuando empezó a jugar a vestiditos, a ponerse las faldas de su hermana y a echarse Chanel Número 5, todos nos preocupamos un poco.
          Estuve mucho tiempo sirviendo en casa de los Dudley, casi seis años. Cada tarde, su padre bajaba al niño al garaje y le zurraba con la manguera, intentando expulsar la chica que tenía dentro. Yo no podía soportarlo. Al regresar a casa, abrazaba a mi Treelore con tanta fuerza que casi lo asfixiaba. Cuando empezamos a trabajar en las historias, Miss Skeeter me preguntó cuál fue el peor momento que he vivido como sirvienta. Le contesté que fue cuando el hijo de una de mis jefas nació muerto, pero no era verdad. Fueron todos y cada uno de los días, desde 1941 a 1947, que me pasé esperando tras la puerta del garaje a que terminaran las palizas. Me gustaría haberle dicho a John Green Dudley que no iba a ir al infierno, que no era un monstruo de feria porque le gustaran los chicos. Ojalá le hubiera susurrado cosas bonitas al oído como hago ahora con Mae Mobley. En lugar de eso, me quedaba sentada en la cocina, esperando para ponerle pomada en las heridas que le dejaban los manguerazos.”
        Cada día en los Servicios Sociales nos encontramos con situaciones que desafían los conceptos teóricos de igualdad y justicia. A veces son las leyes y los procedimientos establecidos los que generan este tipo de sufrimiento innecesario. Considero que hemos fracasado como sociedad cuando lo único que podemos hacer es poner pomada en las heridas

          Este mundo lo habitamos personas muy diversas, personas de infinitos colores y matices. Somos diferentes, somos únicos, cada uno de nosotros es insustituible. Nos empeñamos en ver las diferencias como dificultades, cuando podríamos verlas como una oportunidad de aprender, de enriquecernos, de crecer y ampliar horizontes

         Está acabando el año y queda muy poco para empezar uno nuevo. Una vez más me comprometo a aprender, a seguir el camino de la diferencia que nos conduce hacia la igualdad. Sé que entre el blanco y el negro hay una gama infinita de grises, pero yo prefiero el arcoiris, porque al fin y al cabo, en este mundo, si somos capaces de mirar sin filtros, nos daremos cuenta de que los humanos estamos hechos de infinitos y preciosos colores.

Somos de colores

P.D. Os dejo, para terminar, una frase de Nelson Mandela:
"Todos sabemos cuan tenazmente puede el racismo aferrarse a la mente y hasta qué punto puede infectar el alma humana. Allá donde se sostiene en disposiciones raciales en el orden social y material, esa terquedad puede multiplicarse por cien".

lunes, 16 de diciembre de 2013

Cabezas de turco


Montaña Nemrut. Turquía.
         
          En la época de las Cruzadas, la rivalidad entre cristianos y turcos era tan grande, que cuando los cruzados mataban a un turco, tenían la edificante costumbre de cortarle la cabeza y clavarla en una pica, poniéndola a la vista del resto y acusándole de todos los males, reales e imaginarios. Parece que de aquella hermosa tradición viene la expresión "ser cabeza de turco", cuando una persona o grupo social, por ignorancia o de forma intencionada, es considerado culpable de males de los que en realidad no son responsables

          Parece demostrado que los humanos somos gente muy cazurra y seguimos cometiendo los mismos errores de siempre, por eso necesitamos cabezas de turco ante la imposibilidad de aceptar de forma responsable las consecuencias de nuestros actos. En tiempos de crisis sacamos lo peor de nosotros mismos, y la crisis económica actual lo pone de manifiesto. La lucha por los recursos es dura, pero llama mucho la atención que se busquen excusas para encubrir la verdadera causa, que no es otra que el dinero. Y acaba ocurriendo algo demencial: aparecen las más duras críticas teñidas de xenofobia y racismo.

          Los más débiles sufren las peores consecuencias, otra cosa que no cambia con el devenir de los tiempos. Y en el último escalón de vulnerabilidad están los inmigrantes. No están en su país ni en su entorno, tienen menor apoyo familiar y social, menor arraigo, menos oportunidades, más dificultad para el acceso a los recursos, mayores trabas burocráticas y para colmo de males les utilizamos de cabezas de turco como si fueran culpables de nuestra crisis. En este sentido os recomiendo una entrada del compañero Nacho Santás en su blog, que va de rumores: Se rumorea que "se lo damos todo" a los inmigrantes. Nacho nos demuestra que los extranjeros tienen mayores dificultades que los nacionales para acceder a los recursos. 

           Me preocupa mucho este tipo de actitudes y me preocupa mucho que seamos tan egoístas. Nadie se quejó cuando aceptaron los trabajos que aquí no queríamos, hemos puesto en sus manos a nuestros mayores, a nuestros enfermos, a nuestros niños... lo que supuestamente más queremos, pero ahora pretendemos echarles, y si intentan entrar, les recibimos con cuchillas. Esto de las concertinas en Ceuta y Melilla es una metáfora de lo que se van a encontrar si vienen a España con intención de quedarse: que sepáis que habéis venido a sufrir.

          En estas reflexiones estaba cuando mi compañera Eva Aguado me pone sobre la pista de lo que está pasando a nivel europeo. No nos despistemos, si la xenofobia social es preocupante, la xenofobia institucional es un problema muy grave porque afecta a los derechos humanos. A partir del uno de enero de 2014 Rumanía y Bulgaria entran en el régimen de supresión de fronteras y esta circunstancia está haciendo que a los gobernantes europeos se les caiga la careta. Reino Unido, Francia, Holanda y otros países, no parecen muy por la labor de una integración real. De España no diré nada, que nosotros somos menos sutiles y ponemos cuchillas. Si queréis conocer un poco más este asunto podéis pinchar aquí o aquí, aunque encontraréis mucha información por la red.

          Lo más llamativo son las justificaciones que utilizan los mangantes mandatarios europeos para su rechazo a la libre circulación: este tipo de inmigración viene a aprovecharse del sistema de bienestar de los países más ricos y van a pretender beneficiarse de las ayudas sociales. Me da hasta vergüenza transcribir esto, pero alguien tiene que decirlo.

          Volviendo a España y por aportar algunos datos, hemos de tener muy presente que ahora somos nosotros los que nos vamos fuera. En 2012 la población española residente en el extranjero aumentó un 6,3% con una cifra total de casi dos millones de personas. Son muchos españoles por el mundo ¿no creéis? Y la tendencia es que cada vez se vaya más gente en busca de oportunidades en países más prósperos. En el lado contrario, son casi cinco millones los extranjeros residentes en España, habiendo disminuido un 4% en el primer semestre del 2013. Si siguen así las cosas, en unos años la cifra podría invertirse, sobre todo teniendo en cuenta cómo les tratamos. Con tantos españoles fuera de España, nuestro gobierno tiene la cara dura de dejar a 900.000 inmigrantes sin tarjeta sanitaria en nuestro país.

          Como no quiero terminar con un balance negativo, comparto otro artículo que nos viene a decir que en España, a pesar de la crisis económica y de los ataques institucionales a los inmigrantes, somos bastante más civilizados que nuestros gobernantes, y no se han generado excesivos problemas de xenofobia, más bien al contrario, pues nos hemos unido en movimientos sociales de apoyo mutuo. El artículo aquí

De nuevo surge la dualidad que tanto me gusta, como esa raíz de la mandrágora que a lo largo de la historia se ha utilizado como potente veneno, pero también para crear fármacos que curan enfermedades y mitigan dolencias. Así que al mismo tiempo que sale lo peor que el ser humano lleva dentro, capaz de echar todo su venero y toxicidad contra otros grupos humanos, también sale la parte sanadora y más humana, la capacidad filantrópica de ayuda desinteresada, de acogimiento, de comprensión, de respeto.



P.D. Que no nos engañen ni nos manipulen, no busquemos cabezas de turco, busquemos soluciones.



domingo, 8 de diciembre de 2013

Desmontando el mito de Hansel y Gretel

Hoy os ofrezco dos "regalos" relacionados con el tema de la semana pasada: el vih/sida y sus consecuencias sociales. El primero es un cuento que escribí para contribuir a eliminar prejuicios. El segundo, al final de la entrada, es la canción de Rozalén "Comiéndote a besos", que habla del amor hacia un hombre seropositivo donde lo más importante son las ganas de sentir. Espero que los disfrutéis.





          Hansel y Gretel están profundamente indignados. Desde que se había corrido el rumor por el pueblo de que la chica del bosque era portadora del vih, la gente había decidido llamarla vieja bruja, creando un clásico estereotipo de cuento. Y si algo tienen claro estos dos, es que no es ni vieja ni bruja. Y es que a Hansel aún le hacen los ojos chirivitas cuando recuerda cómo esa belleza rubia y de pálida tez, les insistía el día en que la conocieron, con su voz aterciopelada, que podían tomar tantos dulces como desearan.

          Pero todas las historias tienen un principio y es conveniente empezar por el mismo para no liar al lector. Esta historia comienza con los apuros económicos que debido a la crisis (conocida por todos) atormentaba a padre y madrastra de nuestros protagonistas. Si bien es cierto que en un primer momento la madrastra propuso deshacerse de los niños, cuando vio el sufrimiento de su marido se dio cuenta del error. Siendo fieles a la realidad, no podemos responsabilizarla a ella de una idea infantil, ya que cualquier persona que haya investigado un poquito el mundo del cuento, sabe que los hermanos Grimm eran unos auténticos aterradores infantiles, por no llamarles directamente pedagogos terroristas.

          La verdad y nada más que la verdad, es que fue idea de Hansel ir al bosque para saber qué se escondía detrás de las historias sobre la vieja bruja. Si tenemos que definir a Gretel, podríamos decir sin temor a equivocarnos, que es una niña responsable, educada, estudiosa y generosa. Es decir, una repelente sabelotodo. Si tenemos que hacer lo propio con su hermano, entonces diremos que Hansel es el precursor de la generación ni-ni. Lástima para la madrastra del cuento que estemos en pleno Siglo XXI (por favor) y no en la Edad Media, donde el infanticidio era una solución drástica pero eficaz para los problemas de la economía doméstica. No había anticonceptivos, pero todo podía resolverse con un buen machete.

          Pero centrémonos, que nos estamos yendo por las ramas. Hansel convenció a su hermana para adentrarse en el bosque y como conocían el cuento de Garbancito, no tiraron migas para marcar el camino de vuelta, sino que utilizaron unas uvas robadas para este menester, pensando que los pájaros no se las comerían (en este punto es conveniente recordar que Hansel es ni-ni).

          Aunque quisiéramos honrar con este cuento la denostada figura de la madrastra, faltaríamos a la verdad si nos saltásemos un detalle de demostrada relevancia: ella vio cómo los niños salían furtivamente de la casa hacia la espesura y conocedora de los muchos peligros que les podían acechar en el bosque, no hizo nada por impedirlo. Claro, luego se quejan de la fama que tienen…

          Pasaron varias horas y no pocas penurias por el bosque, sin llegar a su destino. El problema era que no se sabían el camino y muy probablemente estarían caminando en círculo, perdidos. Cuando Hansel estaba a punto de coger a su hermana por los pelos y arrastrarla hasta el río para acabar de una vez por todas con su desagradable “te lo dije” que le taladraba la cabeza cada minuto y medio, llegó el milagro. Apareció la casa. Como salida de la nada se presentó ante ellos una maravillosa casita de chocolate, decorada con nueces, almendras, caramelos de fresa y canela… ¡y un montón de piruletas y porciones de turrón!

          Esta vez fue Hansel quien gritó a su hermana un orgulloso “te lo dije” y ella no dijo nada más. No podía hablar. Sólo deseaba comer hasta hartarse.

          El resto de la historia es fácil de contar. La casa por dentro era más bonita y colorista que por fuera, y la chica rubia que allí vivía les invitó a pasar y a saciar su hambre y su sed. Les dijo que se llamaba Bruja, pero que no era una bruja. Era todo belleza y amabilidad, como si llevase mucho tiempo deseando tener compañía, como si se supiese el cuento y tuviera la certeza de que finalmente ellos dos y sólo ellos dos, acabarían apareciendo. Nada de todas las historias que contaba la gente, nada de verrugas, ni de jaulas, ni de gatos negros. Y por supuesto nada de secuestros ni de un caldero con agua siempre hirviendo preparado para cocinar y comerse a los niños. También en esto nos engañaron los Grimm. Y la madrastra.

          Lo único que allí hubo fue una interesante conversación y una bonita pero desgarradora historia, la contada por Bruja a los niños, que la escuchaban con atención mientras comían dulces sin parar. Ella había sido una chica normal, divertida, estudiosa y con planes de futuro. Había tenido un par de novios amables hasta que un día se enamoró locamente de un capullo (según palabras de Hansel, desconozco en este momento si ese fue el adjetivo utilizado por la chica). Era guapo, aventurero… y qué moto tenía!! En fin, un auténtico encantador de serpientes. Así que se le olvidó que con él también tenía que usar condón.

          Un día ella se despertó y él ya no estaba. No cogió más su teléfono y tampoco contestó a sus mensajes. Y borró para siempre su cuenta en el Facebook.

          En este punto de su relato no pudo evitar que una lágrima resbalase por su mejilla, pero se repuso con rapidez.

          Bruja es una mujer optimista, ahora ya no culpa al chico de la moto. Fue ella quien tenía que haber tenido más precaución. Ahora está contenta, vive tranquila en el campo, come, respira, hace footing, la terapia antirretroviral mantiene el virus a raya y tiene un nivel de defensas cojonudo, como el de cualquiera. Vuelve a tener planes de futuro y le da igual lo que piensen en el pueblo. Ahora está feliz, dice que montará una escuela porque quiere ser maestra, pero pide a Hansel y a Gretel que le guarden el secreto, porque aún está ahorrando para conseguir su sueño, y los sueños que se cuentan, no se cumplen.

          Nuestros dos valientes protagonistas volvieron a su casa, pero no gracias al camino marcado por las uvas, de las que los pájaros ya habían dado buena cuenta, sino porque su recién estrenada amiga les acompañó.

          Poco a poco van superando su cabreo, porque a Bruja no le importa lo que piensen ni lo que digan de ella. Ahora cada tarde la visitan, ella les ayuda con los deberes y ellos le regalan sonrisas. Y sin duda, su sueño, cada día está más cerca.





domingo, 1 de diciembre de 2013

Uno de diciembre. Rojo sangre.




          Hoy, Día Internacional de la Lucha contra el Sida, me apetece compartir una historia personal. En el año 2002 un Eladio más joven hizo un curso impartido por el Comité Ciudadano Antisida de Zamora. A ese Eladio más joven se le abrió el mundo y al mismo tiempo liberó su mente de prejuicios y ataduras, pues conoció un rincón en Zamora donde la ausencia de juicio moral era la clave para sentirse integrado y aceptado. Supo desde el primer instante que de algún modo tenía que permanecer en ese espacio y contribuir a su desarrollo aportando su granito de arena. 

          Desde entonces soy voluntario de la entidad, aunque mi contribución actual es más limitada debido a tiempo y distancia física. Sin embargo, su lucha y reivindicación social corre por mis venas con la misma energía con la que comenzó en el año 2002. La diferencia es que ahora conozco más el terreno que piso y no estoy dispuesto a hacer concesiones a quien pone obstáculos para la erradicación del vih y del aún resistente estigma social.

          Los recortes en Sanidad son un eufemismo que se utiliza de forma consciente, deliberada y perversa. De lo que en realidad deberíamos hablar es de vulneración de derechos, porque atentan contra la vida y la salud de las personas. Si tiñen las manos de sangre a quienes toman las decisiones, no son recortes. Si convierten una enfermedad crónica en una enfermedad mortal, no son recortes. Que quede claro: SI MATAN, NO SON RECORTES. Ha llegado el momento de decir que nuestros gobernantes están cometiendo crímenes contra la ciudadanía a golpe de decreto-ley. Crímenes de lesa humanidad.

          ¿Alguien sabe qué pasó con el Plan Nacional sobre el Sida? Se esfumó. ¿Alguien sabe qué ocurrió con la prevención? Misterio. ¿Y el diagnóstico precoz? Ciencia-ficción, sigue sin haber una estrategia al respecto, habiéndose demostrado que es una herramienta imprescindible para la prevención. Por no hablar de los medicamentos genéricos que han aumentado el número de pastillas a tomar, reduciendo la adherencia, aumentando el incumplimiento y empeorando la calidad de vida del paciente; o del copago de otras medicinas también necesarias, o la retirada de la tarjeta sanitaria de personas inmigrantes en situación irregular, que tienen casi imposible el acceso al tratamiento. Si todo esto no es matar, entonces yo me he vuelto loco y no entiendo nada.

          Como en este día no quiero hablar sólo de las carencias, voy a aprovechar esta entrada para presentaros un proyecto que me parece extraordinario.

          El vih no sólo genera incomprensión y abandono, también llega a tocar las emociones de forma que algunas personas con talento son capaces de transformarlas en arte, un arte al servicio de la sensibilización social. Es el caso de Miguel Villalba Gómez que derrocha creatividad y sensibilidad con su canción "Destino hacia tu piel" que hoy comparto con vosotr@s. Cuando escuchas la canción descubres que está creada por alguien que sabe de lo que habla, pues en una única canción toca muchos temas: cómo actúa el vih en nuestro cuerpo, de qué se aprovecha, las terribles diferencias norte-sur, y sobre todo algo fundamental, que no podemos mirar hacia otro lado porque nos afecta a tod@s. Además es una canción preciosa y el videoclip muy emocionante, porque la gente se mira, se toca, se acaricia, se abraza. La gente siente y se comunica a través de la piel.

          Admiro profundamente a las personas que se implican en causas que merecen la pena, que dedican parte de su tiempo a contribuir con la sociedad más allá de sus intereses individuales, que logran encontrar una pasión y la convierten en motor de transformación social. Gracias, Miguel, por autorizarme a compartirlo, pero sobre todo por haber creado esta obra de arte.




          He acompañado esta entrada con una vela roja. Una vela es luz, esperanza, calor. Es una guía que nos orienta y ayuda. Es responsabilidad de tod@s mantenerla encendida.

P.D. En la próxima entrada continuaré con este tema porque tengo un par de regalos que quiero compartir.

¡Un abrazo, a ti que me lees, destino hacia tu piel, por compartir este camino conmigo!


domingo, 24 de noviembre de 2013

Un año de blog


Gracias a Pedro Celiméndiz, Nacho Santás e Israel Hergón
por los regalitos que nos llevaron al Congreso

Hoy hace un año que abrí esta ventana sin saber que iba a encontrar tanto aire fresco, tanta luz, tanta magia. En aquel momento hablé de la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género y una semana después del Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Después llegaron más entradas y muchos más temas hasta un total de 39, incluyendo esta.

Varios han sido los acontecimientos importantes desde la creación de este espacio, que únicamente me ha procurado satisfacciones. A destacar mi inclusión en la BlogoTSfera (os lo cuento en esta entrada), sacarme el título de Grado en Trabajo Social y la participación en mi primer Congreso Estatal de la profesión.

Que este blog naciese un 24 de noviembre fue pura casualidad, pero investigando esta fecha, he descubierto acontecimientos importantes que ocurrieron tal día como hoy hace muchos años, y me apetece compartirlo. 

Un 24 de noviembre nació el escritor italiano Carlo Collodi, autor de Pinocho, ese muñeco de madera que después de muchas adversidades se convierte en un niño de carne y hueso, un proceso de transformación que a veces los trabajadores sociales presenciamos, disfrutamos y vivimos en nuestras propias carnes. También en esta fecha nació el pintor francés Toulouse-Lautrec, del que he compartido aquí alguno de sus cuadros y que es conocido por reflejar en su obra el mundo de la prostitución de su época.

También un 24 de noviembre fallecieron personalidades importantes como Robert Cecil, político y diplomático británico premio Nobel de la Paz en 1937 que colaboró en la redacción de los Estatutos de la Sociedad de Naciones y escribió la obra "Way of Peace".

Y por último, destacar que el 24 de noviembre de 1991 fallece Freddie Mercury, un ARTISTA libre que no necesita presentación y que tan sólo un día antes de su fallecimiento hace un comunicado en el que reconoce padecer sida y que está dispuesto a combatir esa terrible enfermedad. Este acontecimiento marca un antes y un después en la lucha contra el estigma social del sida. En el año 2013 seguimos muy necesitados de valientes que visibilicen y pongan cara a esta enfermedad, para que todas las personas afectadas disfruten plenamente de sus derechos fundamentales. 

Seguramente este blog pudo nacer cualquier otro día, y muy probablemente si buscamos los acontecimientos destacables de cualquier fecha del año encontremos cosas similares, pero no serán estas. Yo creo que una vez más, es pura serendipia.

Este blog sigue siendo un modo de no sentirme aislado, una forma de compartir con profesionales de otras provincias y comunidades la preocupación por la política social vigente, una herramienta de lucha por la dignidad de las personas que merecen disfrutar de unos Servicios Sociales públicos de calidad.

Gracias a quienes comparten este camino conmigo, 11.000 gracias a las más de 11.000 visitas recibidas hasta el momento. Y gracias, por último, a todas las personas que me han hecho comentarios, sugerencias y críticas para mejorar este espacio y convertirlo en un lugar de reflexión y participación.

Os dejo con una canción de Freddie Mercury, un canto de libertad. Yo también quiero ser y vivir libre, como él. Y así me seguiré expresando en este espacio. ¡¡Gracias!!




miércoles, 20 de noviembre de 2013

El día que desaparezcan los derechos sociales, desapareceremos nosotros


Aún estoy con la resaca psicológica del XII Congreso Estatal de Trabajo Social celebrado en Marbella la pasada semana. Quizá sea pronto para hacer una valoración objetiva de lo acontecido, pero nadie dijo que un blog personal estuviese diseñado para relatar hechos objetivos ¿verdad?

Había dos motivos principales por los que estar allí era fundamental para mí, a pesar de las dificultades iniciales. En su día ya lo conté en esta entrada, pero hoy lo vuelvo a repetir:
  • Compartir un espacio real con compañer@s de la BlogoTSfera y de redes sociales con quienes llevo compartiendo espacio virtual desde hace mucho tiempo. 
  • Sentir unión en las reivindicaciones y luchas activas frente a los ataques reiterados que se están llevando a cabo desde las instituciones hacia los Servicios Sociales.
El primer objetivo se ha cumplido completamente. He echado de menos a algunas personas, pero tocar, abrazar, mirar, reflexionar y reír con personas a las que en la distancia ya admiraba y apreciaba, ha hecho que aumente mi convicción de que las redes sociales están cambiando nuestras vidas y multiplicando las posibilidades de ampliar conocimientos y relaciones. Por si no quedó claro en el taller organizado por parte de los miembros de la BlogoTSfera, ahí queda eso.

El segundo también se ha cumplido aunque con matices. Ha habido actos de reivindicación a lo largo de todo el Congreso, la Marea Naranja ha estado muy presente, el sábado vivimos una emotiva representación de la muerte de los Servicios Sociales, muerte a la que estamos abocados si no conseguimos parar a este gobierno rancio destructor de todo lo público. Han sido  momentos muy intensos, yo he sentido la emoción a flor de piel en muchas ocasiones, incluso los gritos a los políticos que fueron a hacerse la foto en el acto de inauguración me hicieron sentir orgullo de una profesión que no puede ni debe venderse al poder.

Sin embargo, me faltó más reivindicación en las ponencias y en las comunicaciones. Me faltó que se hablase más de la devastadora reforma de la Administración Local, de la vengonzosa derogación encubierta de la Ley de Dependencia, del indigno recorte del Plan Concertado. En definitiva, del paulatino desmantelamiento del Sistema de Servicios Sociales, que de tanto nombrarlo, parece desgastado. Menos mal que tenemos a la infatigable Belén Navarro, que cuando se trata de reivindicar y de removernos en el asiento, nadie tiene más valor que ella. Suyo es el título de esta entrada y suya la más apasionada defensa del sistema público de servicios sociales que yo he vivido en estos días.

Hay mucho más que destacar, por supuesto. Hemos contado con la presencia de personalidades de gran relevancia internacional, con profesionales que han  hecho historia en nuestra profesión en España, Ana Lima ha sabido transmitir su gran preocupación por el momento crucial que vivimos y algunos "enganchados" de las tecnologías hemos calentado las redes sociales (twitter y facebook principalmente) para retransmitir todo lo que allí ocurría, al tiempo que nos volvíamos locos buscando enchufes en cualquier rincón. Aunque no sería del todo honesto si no digo que eché mucho en falta la presencia de pesos pesados de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales que tanto están luchando por nuestra profesión.

Es importante decir que este Congreso tenía una peculiaridad: cada asistente ha vivido su propio Congreso de Trabajo Social. Era tal el número de actividades, ponencias y comunicaciones simultáneas, que haciendo un cálculo improvisado, es posible que sólo haya presenciado el treinta o cuarenta por ciento del total, y quizá estoy siendo muy optimista. Por lo tanto, si estuviste en el Congreso y no te identificas con lo que estás leyendo, puede ser porque cada uno vivimos nuestro Congreso particular. Yo lo he vivido con cierto desasosiego en algunos momentos, al tener que decidir dónde estar a cada rato, pero también me ha abierto un abanico de posibilidades infinitas.

También quiero reconocer lo bien representada que ha estado la BlogoTSfera en este Congreso en las ponencias y talleres. Nacho Santás siempre nos da lecciones para ser más eficientes en nuestro trabajo, gracias a sus buenas prácticas, Israel Hergón con su derroche de creatividad y su defensa del Teatro Social como herramienta de intervención social, Belén Navarro produciendo conocimiento, Rafael Arredondo coordinando todo el cotarro y junto a todos ellos, Pedro Celiméndiz y Tania Mesa dando lecciones magistrales de intervención social 2.0.

Las reflexiones finales, leídas por Amparo Porcel al final del Congreso fueron brillantes, en algún momento me llegaron a emocionar (las podéis leer aquí). Y las resoluciones aprobadas también al final, me hacen sentir orgullo de la profesión. Como no quiero aburriros, si tenéis interés, las podéis leer aquí. Yo diría que es lectura obligatoria y os adelanto que entre otras cosas, pedimos una ley estatal de Servicios Sociales, ahí es nada.

En definitiva, y esto ya lo publiqué en twitter en el momento de finalizar el Congreso, lo mejor, como siempre y en cada lugar, son las relaciones humanas. Si algo me apasiona de esta maravillosa profesión a la que tengo la suerte de dedicarme, es el constante contacto con seres humanos: diversos, singulares, únicos, especiales, locos, llenos de valores, experiencias y ganas de compartir.

Gracias a todas las personas que habéis hecho de mi primer Congreso de Trabajo Social una experiencia única. Como a algunos ya les he nombrado, acabaré citando a los que me faltan. Carmen Boíllos, incombustible defensora de la ética profesional y alguien a quien admiro y aprecio, entre otras muchas cosas, porque me hace pensar; gracias a ella y al resto de la representación de Soria. Fernando Cuevas, gracias por acompañarme desde el minuto uno y aportarme experiencia y diversión, lo que twitter ha unido que no lo separe la falta de megas, por favor. Rocío Cáceres, esa sorpresa sevillana que me ha cautivado por su sencillez y experiencia. Daniel Subirats, con quien espero aprender más de coaching y desarrollo personal. Verónica Olmedo, cuya sola presencia hace que te sigas sintiendo en casa. Y no quiero olvidarme de Pablo de la Rosa, que aunque sólo estuve un momento con él, es parte importante del grupo de bloguer@s, a quien tengo especial estima.


Quiero concluir con una frase de Ian Johnston, que participó en la mesa final y que puede resumir tres días de encuentro y reflexión de más de mil profesionales de la acción social: "Hay recursos para cubrir las necesidades de todos, pero no para cubrir el egoísmo de todos".

P.D. Por las redes sociales está circulando una información vírica que compara a los componentes de la BlogoTSfera con los extravagantes protagonistas de la serie "The Big Bang Theory". Y yo digo... ¡gracias!



lunes, 11 de noviembre de 2013

Atlas y el XII Congreso de Trabajo Social

Le evolución de los Servicios Sociales en las últimas décadas en España, me recuerda la historia de Atlas.

Tras la guerra de los Titanes, Zeus condenó a Atlas a sostener el cielo separado de la Tierra hasta el fin de los tiempos. Atlas era fuerte, pero el castigo fue muy duro para él. En una ocasión Heracles le visitó, solicitándole ayuda para uno de sus doce trabajos: recoger las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, hijas de Atlas. Este aceptó el encargo, pidiendo a Heracles que en su ausencia sujetase sobre sus hombros la bóveda celeste. Atlas se sintió tan liberado, que una vez recogidas las manzanas, quiso llevarlas él mismo a Euristeo, quien había realizado el encargo. Heracles fingió estar de acuerdo, pero pidió a Atlas que sostuviese por un instante el arco del firmamento para ponerse un almohadón sobre los hombros, que tenía muy doloridos. Heracles le engañó y, una vez liberado del peso, huyó con las manzanas dejando a Atlas sumido en un profundo lamento y sosteniendo de nuevo el cielo sobre sus hombros maltrechos.

Los Servicios Sociales nos hemos ido haciendo fuertes al haber cargado sobre nuestras espaldas con un trabajo poco reconocido y apoyado. A veces nos hemos instalado en la queja, en el lamento, y eso no ha ayudado a que el sistema cobre mayor relevancia, pues quizá no hemos sabido organizarnos y mostrar su importancia de forma clara al resto de la sociedad.

Al no existir una ley nacional, los Servicios Sociales se han  ido desarrollando de diferente forma en cada Comunidad Autónoma, en base a los mandatos de la Constitución y la Ley de Bases de Régimen Local. Para garantizar cierta homogeneidad en su funcionamiento y recursos, en 1988 se aprobó el Plan Concertado, un acuerdo de cofinanciación de las prestaciones sociales básicas entre los tres niveles administrativos: Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales.

La Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia en el año 2006 fue un impulso muy importante que vino a reforzar y aliviar la carga de un sistema que de repente, se veía reconocido: servicios y prestaciones que dependían en buena medida de la disponibilidad presupuestaria del momento, alcanzaban la categoría de derechos subjetivos. Heracles nos hacía un encargo: recoger las manzanas de oro del jardín de las Hespérides. La paciencia de Atlas, el tiempo dedicado a sostener un sistema en crecimiento, se veía recompensada.

Sin embargo, este alivio nos ha durado poco. Los recortes sociales, que deberíamos empezar a llamar vulneración de derechos, han llegado de la forma más cruda que jamás pudimos imaginar. No sólo están dejando morir la Ley de dependencia, también el Plan Concertado está herido de muerte y para completar el cuadro, la reforma de la Administración Local acabará con los Servicios Sociales Municipales. Y ya tenemos fecha: 31 de diciembre de 2015. Es un final anunciado. El Sistema de Servicios Sociales, tal y como lo conocemos hoy, muere. Descanse en paz.

En este punto la historia de Atlas ya no nos vale como metáfora, porque Atlas volvió a la situación inicial. A nosotros se nos ha recrudecido el panorama de forma mucho más drástica.

En este contexto llega el XII Congreso Estatal de Trabajo Social cuyo título "La intervención social en tiempos de malestares" es más que adecuado. A partir de este jueves 14 de noviembre, más de mil profesionales de los Servicios Sociales nos reuniremos en Málaga para reflexionar sobre el momento crucial en que nos encontramos.

No es un momento para flaquear, ni para mostrar debilidad, ni para venirnos abajo. Es el momento de mostrar nuestra fuerza y nuestra unión, el momento de hacernos ver, de demostrar que nuestra labor es importante y que hay mucha gente que ha trabajado duro para que este sistema salga adelante, que ha sostenido sobre sus hombros un cielo lleno de estrellas con mucha ilusión y profesionalidad, y que les debemos como mínimo, luchar con garra.

Además para mí es un Congreso muy especial, porque me juntaré con algun@s compañer@s de la BlogoTSfera. Será un momento de encuentro y celebración. Si queréis seguirnos, intentaremos estar presentes en las redes para que podáis tener información de cuanto allí acontezca.

Dejamos por unos días de sostener nuestro pequeño firmamento para partir en busca de una aventura que nos llene de energía. Vamos al jardín de las Hespérides a por las manzanas de oro y sé que las vamos a encontrar. A la vuelta, no os preocupéis, no nos dejaremos engañar, volveremos a sostener el cielo sobre nuestros hombros, pero procuraremos que las estrellas brillen con intensidad.

Advertencia sanitaria final: 

Cuidado con el hashtag #CongresoTS en twitter ¡va a ser adictivo!

¡Hasta la vuelta!


martes, 5 de noviembre de 2013

Islas Diómedes



Las Islas Diómedes son dos formaciones rocosas situadas en el Ártico. Se trata de dos islas poco conocidas, una un poquito mayor que la otra, separadas por una frontera internacional a pesar de sus escasos cuatro kilómetros de distancia física. Diómedes Menor es territorio estadounidense y la habitan unas 170 personas; Diómedes Mayor es territorio ruso, estando totalmente deshabitada en la actualidad.

Pero no es esta circunstancia lo más curioso de este pequeño archipiélago, sino que además son atravesadas por la línea internacional de cambio de fecha, de modo que a las 0:00 horas en la isla rusa, son las 3:00 horas del día anterior en la americana, aunque la hora solar, como imaginaréis, es la misma. Hay otro fenómeno que me llamó mucho la atención cuando supe de su existencia, y es que en invierno el canal que las separa se congela completamente, pudiendo pasar de una isla a otra a pie. Pocos lo saben, pero durante unos meses al año, Asia y América son dos continentes unidos por un pequeño paseo. Forzando un poco el argumento, durante esos meses son cuatro los continentes unidos: Europa, África, Asia y América. Y para terminar de complicar las cosas, se puede afirmar que en estas dos islas es posible viajar en el tiempo: tan sólo caminando un rato puedes volver a ayer o ir directamente a mañana. ¿No es fantástico? ¿Por qué no nos cuentan estas cosas en el colegio?

Las peculiaridades de las Islas Diómedes me han llevado a otra reflexión. La casta política y la ciudadanía. Tan cerca y tan lejos. Separados por una corta distancia y perteneciendo a dos continentes distintos. Incluso se me ocurre que vivimos en dos dimensiones temporales dispares, como si la ciudadanía estuviésemos en el hoy y ellos en el ayer, o quizá sea al revés, a lo mejor los políticos son unos visionarios, y mientras la ciudadanía se mantiene anclada en el hoy, en el Estado de bienestar, en el mundo de los derechos fundamentales, en el apoyo y la solidaridad social, ellos ya están en el mañana, viviendo en un territorio previamente diseñado, el de las individualidades que benefician únicamente a unos pocos. Hay veces que llegas a confiar, que tienes la sensación de que es posible compartir el mismo territorio, que todo lo que hacen es por nuestro bien, por el bien común, que podemos caminar de un territorio a otro sin miedo a caer, pero entonces llega el deshielo y volvemos a encontrarnos en continentes lejanos, separados por el tiempo.

Lo peor de todo es que la separación no es tan clara, porque entonces podríamos exigirles cambiar de lugar la línea de tiempo y construir un gran puente destruyendo esa frontera imaginaria.

Os voy a poner un ejemplo. Hace pocos días una mujer, en una visita domiciliaria, me hablaba de otra señora de su mismo municipio que recibe un Servicio de Ayuda a Domicilio por parte de los Servicios Sociales, estando ella en lista de espera de este mismo recurso. La que lo recibe es beneficiaria desde hace varios años, pero sin tener en cuenta esta circunstancia la que está en lista de espera, me decía: “claro, a ella se lo dieron pronto porque tiene mano en la Diputación, conoce a un diputado ¿sabes?”. Yo le expliqué que las cosas no funcionan así, que el problema son los cambios legislativos, los recortes y la falta de presupuesto dedicada a los Servicios Sociales, pero ella siguió en un bucle interminable. Por más que le expliqué que yo conozco los casos de la zona y que soy consciente y responsable de la aplicación de la normativa, ella siguió pensando que “si tienes mano con los políticos” da igual si tienes o no derecho, porque lo vas a conseguir.

En la visita domiciliaria, al mismo tiempo que comprendía la angustia de la mujer ante la espera de una ayuda que no sabe cuándo podrá recibir, defendí amablemente la actuación de los Servicios Sociales públicos en los que se aplican criterios profesionales y normativos previamente establecidos. Lo mismo he hecho en innumerables ocasiones y a veces consigo ser convincente. Sin embargo, no puedo dejar de plantearme la siguiente cuestión: ¿por qué tanta gente piensa que los políticos pueden actuar de forma arbitraria? Y me pueden llamar malpensado pero mi primera idea es: ah, pues quizá porque en muchas ocasiones actúan arbitrariamente y a esta buena mujer no le falta razón.

Sin embargo considero importante señalar que los Servicios Sociales, precisamente por su carácter público y porque quienes desarrollamos en ellos nuestra labor técnica utilizamos criterios profesionales rigurosos en la intervención, estamos a salvo de las arbitrariedades de la casta política.

           En estos momentos, con las reformas que hay en marcha y que afectan a nuestro sector, con las puertas totalmente abiertas a la externalización de los servicios (privatización, en definitiva) corremos el riesgo de que este tipo de arbitrariedades aumenten de forma exponencial. Siento insistir tanto y parecer excesivamente alarmista, pero aún no somos conscientes de las consecuencias que se van a derivar de la reforma de la Administración local.

            Yo aún sigo confiando en que llegue el invierno y quizá un simple camino de hielo sirva para unir continentes y encontrar espacios de colaboración. No me gusta el frío pero estoy dispuesto a hacer algunos sacrificios. Quizá sea un problema de comunicación, el reto está en hacernos entender, en ser capaces de mostrar nuestra realidad y la de aquellas personas por las que trabajamos, que somos todos. Espero que podamos estar a la altura de las circunstancias y hagamos ver que los Servicios Sociales son útiles más allá de arbitrariedades y ocurrencias de los políticos de turno, que ellos, por suerte, sí son temporales.

miércoles, 30 de octubre de 2013

El Lago de Sanabria y la Reforma de la Administración Local




¿Conocéis la leyenda del Lago de Sanabria, el mayor lago de origen glaciar de la península ibérica, situado en la provincia de Zamora?

Cuentan que un peregrino llegó a la aldea de Villaverde de Lucerna pidiendo limosna, sin obtener por parte de los habitantes la ayuda solicitada. Únicamente unas mujeres que estaban haciendo pan se apiadaron del peregrino, permitiendo que se calentase junto al horno y disfrutase de su humilde alimento. La masa que las mujeres metieron en el horno creció tanto que comenzó a salirse y el hombre, que según cuenta la leyenda resultó ser el mismo Jesucristo, transmitió un mensaje a las mujeres: el pueblo recibiría un terrible castigo ante su falta de caridad. El hombre clavó su bastón en el suelo y el agua comenzó a brotar de forma torrencial, provocando que el municipio se inundase en poco tiempo. Dice la leyenda que la pequeña isla que hoy podemos divisar en medio del lago es el horno de pan, único lugar del pueblo que se salvó del castigo. Dicen que desde entonces en la noche de San Juan, quienes se acercan al lago de Sanabria, pueden oír el repique de campanas de la Iglesia anegada por las aguas.

Esta leyenda fue inmortalizada por el gran Miguel de Unamuno en su novela “San Manuel Bueno, mártir” publicada en 1931, y alcanzó triste fama, por considerarse premonitoria, ante la catástrofe de Ribadelago. Este municipio de la comarca de Sanabria quedó totalmente destruido por un impresionante caudal de agua en 1959, debido a la rotura de la presa de Vega de Tera.

Esta leyenda apelaba, probablemente, a la bondad de la gente, pero a través del miedo: premio o castigo, en función de la generosidad que muestres con tus vecinos más necesitados. Ese fue el sistema de ayuda mutua históricamente, según nos han contado. La caridad y la beneficencia no se basan necesariamente en el castigo, pero no deja de ser un modo de lavar conciencias. En estos tiempos de malestares, esta limpieza de conciencias se hace de forma pública, televisada, con una audiencia hambrienta del falso espectáculo de la solidaridad. Los pobres, acuciados por su necesidad y desesperación, se lanzan al ruedo mediático que la televisión pública pone a su disposición y apelan a la generosidad ciudadana que se sentirá un poquito mejor después de ofrecer su ayuda desinteresada y arbitraria.

Con la reforma de la Administración Local estamos dando un paso atrás en los Servicios Sociales, un paso atrás de gigante. Va a ser muy duro asumir el nuevo escenario, una vez se elimine la competencia a los Ayuntamientos, y muy duro el proceso en el que necesariamente nos vamos a ver inmersos para volver a conquistar derechos. Porque recortar es muy fácil, pero recomponer es siempre un camino difícil.

Los trámites de esta reforma ya están muy avanzados en el Congreso, habiéndose rechazado las enmiendas a la totalidad presentadas por la mayor parte de la oposición. De esto a su aprobación definitiva hay un pequeño paso, pues el desgobierno de la nación hace oídos sordos al extendido clamor contra este terrible desmantelamiento del Estado de Bienestar.

Volveremos a etapas de beneficencia que parecían ya superadas, quizá vuelvan a cobrar fuerza leyendas como la del Lago de Sanabria, que nos inciten a dar limosna a gente que no querremos ver cerca,  y quizá pretendan que los trabajadores sociales que resistamos el temporal nos dediquemos a repartir mantas y caldos calientes.

Pero se equivocan. Yo ya estoy preparado para la batalla. Y sé de muchas y muchos compañeros que también lo están. Eso me anima, me da fuerza, me proporciona aliento y seguridad. Es lo que nos ha tocado vivir, pero si nos mantenemos firmes, podremos salir reforzados. Al menos, que no nos consigan silenciar.




Si queréis leer más sobre la reforma, de la que yo cada vez estoy más convencido que forma parte de un plan orquestado y meditado para ir acabando con todo lo público y de la que ya hablé en otra entrada de este blog (aquí) os hago varias recomendaciones de noticias, reflexiones y documentos:

¡Resistencia, compañeras y compañeros!




miércoles, 16 de octubre de 2013

Los Servicios Sociales se van de marcha


La Marea Naranja llega a la Sierra de Gredos

A ver, no nos volvamos locos, que no nos hemos ido de fiesta, ni de vacaciones, ni de asuntos propios, que de eso cada vez nos queda menos. Seguimos trabajando como podemos y nos dejan y sólo en el tiempo libre, nos vamos de marcha. Y no una marcha cualquiera, no: naturaleza, amigos, naturaleza. Porque quienes nos dedicamos a los Servicios Sociales, somos gente muy natural.

Los dos pasados domingos han sido días muy especiales para mí y me gustaría contaros qué he hecho, pues está muy relacionado con los temas de los que suelo hablar en el blog. 

El domingo 6 de octubre celebramos la Convivencia Anual de Voluntariado del Comité Ciudadano Antisida de Zamora y este año nos fuimos de marcha. Colaboro como voluntario con el Comité desde hace bastantes años y este tipo de encuentros nos recargan la energía y nos animan a continuar la labor. Quien me lee habitualmente, sabe que defiendo con uñas y dientes (cómo me apetecía utilizar esta frase) los Servicios Sociales públicos, pero al mismo tiempo considero que la iniciativa privada, sin ánimo de lucro, es fundamental y complementa a la administración, utilizando los recursos escasos con agilidad y eficiencia. 

Este año hemos hecho la ruta de los Molinos en Fariza de Sayago (Zamora) hasta los Arribes del Duero, donde las vistas son espectaculares, como se puede observar en la foto inferior. Este maravilloso paraje se extiende entre las provincias de Zamora y Salamanca, siendo frontera natural con nuestro vecino Portugal. Si tenéis la oportunidad no dejéis de visitarlo. Y si queréis compañía, no dejéis de decírmelo. 

Comenzamos nuevo curso en el Comité Antisida, y lo hacemos con ilusión, con ideas nuevas y con ganas de seguir trabajando. Han pasado los años pero en ese aspecto no hemos cambiado tanto. Seguimos teniendo muy claro que el derecho a la salud y a una vida digna es un derecho fundamental y vamos a seguir peleando para que sea universal. No nos lo ponen fácil, pero somos muy tenaces y además no estamos solos.

El domingo día 13 también me fui de marcha, en este caso con mis compañeras del CEAS de Peñaranda de Bracamonte y algunos familiares. El destino: Sierra de Gredos en su parte más alta, en la provincia de Ávila. Hicimos la Senda de la Laguna Grande hasta el refugio Elola, una ruta más intensa que la realizada la semana anterior, pero absolutamente apasionante y revitalizadora.

Y como no podía ser de otro modo, nos pusimos las camisetas de la Marea Naranja para seguir diciendo Hasta Aquí: porque en los Servicios Sociales queremos hacernos oír, y si hace falta subirse muy alto para que nos vean y nos oigan: ¡estamos dispuestos!

Además de un pequeño gesto reivindicativo, el día nos sirvió para hablar, reír, disfrutar y seguir haciendo camino juntos en un espacio deportivo y de ocio. Porque un grupo humano que trabaja codo con codo, que se conoce, se respeta, se admira y se aprecia, siempre prestará un mejor servicio.

Mi compañera Concha, que es la que más experiencia tiene en la montaña, nos dice que las rutas hay que comenzarlas como un viejo para acabarlas como un niño. Y esa frase me recuerda a otra que de vez en cuando oímos en el ámbito de la acción social y que dice así: "En Servicios Sociales empezamos como Sancho el Bravo, continuamos como Sancho el fuerte, y lo que debemos evitar a toda costa es acabar como Sancho Panza". 

¡Bravo por todos los que en Servicios Sociales luchan cada día por seguir siendo Sancho el fuerte! 

Arribes del Duero. Zamora.

Y ahora os pregunto: ¿nos vamos de marcha? ¿cuál es el siguiente plan, que yo me apunto?

P.D. La campaña "Hasta Aquí" del Consejo General de Trabajo Social, que intenta paralizar el desmantelamiento de los Servicios Sociales tal y como están actualmente configurados, sigue en marcha. Puedes leer el Manifiesto que se acaba de elaborar en el siguiente enlace.

lunes, 7 de octubre de 2013

Otra de desahucios




Os propongo un pequeño juego. Las instrucciones son muy sencillas, sólo hay que observar la imagen que encabeza esta entrada durante diez segundos. Es una imagen que todos conocemos: "La última cena" de Leonardo Da Vinci, pero le falta algo.

¿Qué sentís tras unos segundos de observación? ¿se remueve algo por dentro?

Jose Manuel Ballester, pintor y fotógrafo autor de la obra, ha eliminado toda acción de la imagen, todos los personajes de la pintura original. Ya no hay vida, la sensación de vacío y soledad es brutal. Cuando miro la imagen, el desasosiego que siento es inmediato. Es como si todos se hubieran ido de repente, de forma brusca, hay algo inacabado, algo que no cuadra. Hubo vida pero ya no la hay, es el instante de la nostalgia y la desazón. Ese parece ser el objetivo del autor y desde luego conmigo lo consigue. ¿Lo logra contigo, que has aceptado mi juego?

Vuelvo de  nuevo a tratar el grave problema de los desahucios. Me preocupa porque no veo el final. Y si yo no lo veo, no me puedo hacer una idea de cómo lo tienen que estar pasando las personas que se ven afectadas directamente.

No me encuentro de forma habitual con este problema en mi trabajo diario, por suerte, pues no sé si lo podría soportar, pero la gente tiene miedo, mucho miedo. Quien tiene problemas económicos e inestabilidad laboral y una hipoteca o alquiler, tiene miedo. Los medios de comunicación, las redes sociales e internet están llenos de noticias sobre gente que pierde su casa, y ese bombardeo genera mucho miedo. Y es un miedo muy real.

Hace unos meses escribí sobre desahucios por primera vez. Si quieres revisar la entrada la puedes leer aquí. En ese momento os hablé del "Servicio Integral de Apoyo a las Familias en Riesgo de Desahucio" puesto en marcha por la Junta de Castilla y León y que tantas dudas me generaba entonces. Ahora lo digo claro: es un lavado de imagen ruin, indigno y cutre. No se puede actuar de forma más rastrera. Ahora mismo os cuento el por qué, aunque voy a empezar por el final.

Uno de mis momentos de mayor satisfacción profesional se produjo hace unos meses, cuando una ayuda de emergencia social fue concedida a una familia para cubrir varias cuotas impagadas de su hipoteca. El riesgo de desahucio era inminente. No recuerdo haberme sentido tan feliz tras la concesión de una ayuda que yo hubiese tramitado. Con lágrimas en los ojos me dijeron que soy una buena persona y me costó mucho contener la emoción. Soy un profesional pero no soy de piedra. Yo les dije que no, que no lo soy, que soy una persona normal, como ellos, y que tengo un trabajo en el que de vez cuando la satisfacción personal que siento es infinita. Y que tengo suerte.

Esta historia, sin embargo, tiene un principio algo más feo. Como soy muy obediente y cumplidor, y aún confío en las potencialidades de los programas y servicios puestos en marcha por las administraciones, en un primer momento derivé a esta familia al que informalmente llamamos "Servicio de prevención de desahucios". No les dieron cita. Ni siquiera les escucharon. El vacío, la soledad, como en el cuadro que encabeza esta entrada. Les abandonaron totalmente a su suerte. ¿Queréis saber por qué? Os lo explico: resulta que la vivienda de esta familia es de protección oficial y la hipoteca que pagan no está contratada con una entidad bancaria sino directamente con la Junta de Castilla y León, a quien deben pagar su cuota cada mes. No cumplen los requisitos para que se les atienda en este servicio. La Junta no está dispuesta a negociar, no hay segundas oportunidades: o pagan, o se van a la calle.

La Junta lava su imagen vendiendo este servicio como la solución a todos los males, pero establece unas reglas que sólo pueden definirse como perversas. Crean un servicio para el que no hay prácticamente presupuesto alguno, sobrecargando a los profesionales de las entidades locales, cuya función es hacer una mediación con las entidades bancarias y diseñar un plan de economía familiar, pero si el problema es con ellos directamente, entonces no negocian, sólo se juega con el dinero ajeno. Qué hipocresía más grande. 

En los Servicios Sociales no abandonamos a esta familia. Seguimos adelante luchando junto a ellos para encontrar una solución, porque seguimos creyendo que volver a empezar es un derecho. En los Servicios Sociales, insisto, en lo público. Servicios Sociales amenazados de muerte por la reforma de la administración local.

Si lees en prensa que gracias a este servicio la Junta de Castilla y León está paralizando desahucios, no seas ingenuo, no te lo creas, te están mintiendo. Son los movimientos sociales y la presión ciudadana los que están logrando que muchas de estas personas no se vayan a la calle.

¿Te imaginas que un día pierdes tu casa? ¿te imaginas en la calle, de pronto, sin tus cosas? ¿te imaginas únicamente con aquellas pertenencias que entran en un macuto? ¿te imaginas un escenario semejante? El vacío, la soledad, como en el cuadro que encabeza este escrito. Pérdida. Dolor. Vacío. Desarraigo.

A pesar de todo, no quiero terminar con esta sensación. Todo escenario vacío puede volver a llenarse de vida. Si al principio de la entrada os he ofrecido una imagen de soledad y abandono, como una vivienda cuyos habitantes acaban de ser desahuciados, ahora quiero devolveros la imagen original, la vida, la esperanza. Quiero terminar con el deseo de volver a ver a la gente feliz, en su hogar, viviendo con un mínimo de estabilidad y confianza. Quiero pensar que todos podemos tener una vida digna. Quiero pensar que la utopía es posible, que lo conseguiremos. Que no nos van a quitar la ilusión y que hay oportunidades infinitas. Que podremos recomponer los pedazos y renacer.







lunes, 30 de septiembre de 2013

Familia




La pasada Navidad llegó a la casa de mis padres una foto que hoy quiero compartir. Es la imagen que encabeza la presente entrada. Tiene muchos años pero es parte de donde vengo, lo que implica forma parte de mí. En la imagen salen mis abuelos, mi padre y sus hermanos. Uno de ellos ya no está con nosotros, no le llegué a conocer, pero hay gente que dice que me parezco mucho a él; su foto preside el salón de la casa de mis padres y no recuerdo que nunca la hayan movido de ahí.

Aunque la foto que hoy comparto es una composición digital (no todos estaban allí en ese momento), se puede observar que se trata de una familia humilde de la España rural de los años 50. La España profunda, que dicen. Todos han evolucionado mucho, todos hemos cambiado y hemos disfrutado de muchas posibilidades. Pero ese no es el tema de esta entrada, ese es tan sólo mi origen, mis raíces, el ancla que conecta mi presente con parte de mi historia familiar.

Recupero esta foto como excusa e introducción para hablar de la familia, de su importancia como institución social. Esa que algunos dicen que está amenazada en nuestros tiempos debido a las leyes que nos igualan en derechos.

En Servicios Sociales conocemos muy bien qué implica tener una familia que apoya, o tener, por el contrario, una familia que distorsiona el funcionamiento de uno o varios de sus miembros, o incluso no tener familia. La cosa cambia, está claro. No estoy descubriendo nada novedoso, aunque quizá quien tiene una familia de las que llamamos "normalizadas", no disfuncional, con una dinámica de apoyo mutuo y relaciones sanas, nunca se haya planteado qué implica no tener semejante tesoro.

Soy muy familiar, creo que para la mayoría acaba siendo el refugio en el que nos protegemos en los buenos pero sobre todo en los malos momentos. 

En los tiempos que vivimos, esta institución social está demostrando su impresionante fuerza. Las últimas décadas han sido un ascenso hacia arriba en adquisición de derechos y bienestar social. El Estado ha ido creando servicios y prestaciones de apoyo a las familias, al mismo tiempo que la sociedad iba cambiando y necesitando este tipo de apoyos. Sin embargo, la situación actual es de retroceso.

¿Y qué es lo que está pasando?

  • Ante la pérdida de trabajo y una situación de desempleo dramáticamente prolongada, y el recorte de la protección por desempleo, es la familia quien apoya, quien acoge, quien suple.
  • Ante la terrible situación de los desahucios o la pérdida de la vivienda, y la ausencia de políticas públicas que palíen este problema, es la familia quien apoya, quien acoge, quien suple.
  • Ante el progresivo desmantelamiento de la Ley de Dependencia  y la reducción de presupuestos para los Servicios Sociales, es la familia quien apoya, quien acoge, quien suple.
  • Ante el abandono sanitario, la pérdida de derechos de atención y el copago de medicamentos, es la familia quien apoya, quien acoge, quien suple.

Y así podría seguir con cada sistema de protección social que se ha visto afectado por la crisis económica, social y política. Pero también hay que recordar que las familias están perdiendo la capacidad de apoyo, cada vez más familias tienen a todos sus miembros en paro, los salarios y las pensiones están perdiendo poder adquisitivo a pasos de gigante y la tensíón es mayor cada día.

Qué haríamos sin la familia, es un pensamiento habitual y el agradecimiento es infinito, pero ¿hasta cuándo vamos a seguir sobrecargándola? ¿y qué pasa con quien no tiene una familia que le pueda apoyar?

Es fundamental que sigamos reivindicando los apoyos a las familias que están recortando de forma brutal, principalmente desde el gobierno. No lo podemos consentir.

Para terminar, una recomendación cinematográfica, por si aún queda alguien que no haya visto esta curiosa película, que ya tiene unos añitos: "Familia", ópera prima del director Fernando León de Aranoa. Se trata de una fábula que nos viene a hablar de la importancia de la familia, pero con un planteamiento muy original. Y ya que me he puesto muy serio, os dejo un pequeño adelanto en video, con una hilarante escena familiar entre un padre y una hija cualesquiera.