lunes, 29 de abril de 2013

E.T y la Reforma de la Administración Local



           Existe un ejercicio muy conocido por quienes se hayan dedicado a la animación con grupos, que tiene como objetivo analizar una situación propuesta por el dinamizador. Se trata de cambiar la perspectiva, salir de la situación para ser un mero observador y buscar un punto de vista lo más objetivo posible.
            El ejercicio tiene una metodología muy sencilla: tenemos que imaginar que un extraterrestre llega a la Tierra y se encuentra con el caso a analizar. Imaginemos que llega el famoso E.T de Steven Spielberg al que algunos tenemos cariño y otros un profundo odio. El caso es que su punto de vista ha de ser neutral ¡por muy largo que tenga el dedo!
           
            No dejamos de oír hablar últimamente del Anteproyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, y para mi gusto deberíamos hablar mucho más de este asunto. Algunos compañeros de la BlogoTSfera ya han reflexionado sobre ello: Pedro, Joaquín, Nacho. No somos pocos quienes pensamos que es un ataque directo a la autonomía local y que puede suponer el desmantelamiento de los Servicios Sociales Públicos tal y como hoy los conocemos, con el esfuerzo que ha supuesto su creación y consolidación. Pero yo no soy extraterrestre así que no puedo analizarlo objetivamente y hoy me he propuesto que así sea.

            Por lo tanto, si un extraterrestre analizase nuestro sistema es muy posible que llegase a las siguientes conclusiones:

  • Que las decisiones no se pueden tomar lejos del ciudadano.
  • Que es necesario conocer de primera mano qué necesidades tiene la gente.
  • Que las estadísticas es lo único que manejan en el nivel más lejano y que son demasiado frías y sesgadas para que de ellas dependan todas las decisiones.
  • Que los procedimientos lejanos son siempre más burocráticos y menos ágiles.
  • Que los ciudadanos formamos comunidad y tenemos derecho a participar democráticamente en todo lo que nos afecta.
  • Que es fundamental establecer criterios generales, pero que han de aplicarse de forma que se adapten a cada caso concreto según criterios profesionales y técnicos. En eso consiste la justicia y la equidad.
Todo esto sería capaz de verlo un extraterrestre pero parece que no lo ven quienes nos gobiernan, por más que a veces tengamos la fuerte impresión de que son de otro planeta.

            Lo que quizá no sepa ver un ser de otra galaxia es algo que me preocupa mucho en este momento: en la zona rural estos cambios van a ser aún más sangrantes. El único modo para muchas personas mayores de permanecer en su entorno es contando con apoyos imprescindibles que hasta ahora se prestan desde los Servicios Sociales. Cuando la gestión dependa directamente de la Comunidad Autónoma posiblemente nos encontremos con graves problemas, porque está más que demostrado, al menos en mi comunidad, que las prestaciones que se resuelven desde la Junta duplican muchas veces los plazos legales de resolución.

Es la Administración local la que tiene la experiencia en la gestión de los Servicios Sociales  Básicos. Si algo funciona ¿para qué tocarlo? ¿por qué motivo dar un vuelco al sistema? ¿no sería más razonable trabajar en mejorarlo? ¿suplir sus carencias? ¿limar sus imperfecciones?

El motivo de este cambio es económico, lo dice el preámbulo del anteproyecto de ley, y se fundamenta en el artículo 135 de la Constitución Española, ese que se reformó en el 2011 por acuerdo de los dos grandes partidos para que los criterios económicos fueran más importantes que los sociales en la planificación de los servicios públicos, introduciendo la “estabilidad presupuestaria” en nuestra norma suprema. Esa reforma constitucional, que da prioridad absoluta al pago de la deuda y los intereses, es una puerta abierta a la externalización, a la privatización pura y dura.

Ahora que los movimientos sociales piden más estructuras de participación democrática en la toma de decisiones sobre los asuntos que nos afectan, nuestros gobernantes eliminan las pocas que tenemos. Esto lo ve claramente un extraterrestre, salvo que tengamos la mala suerte de preguntar a un extraterrestre inmerso en una secreta conspiración con los gobiernos neoliberales al estilo Expediente X. Pero entonces no será el de nuestra historia… ¡será un cazarrecompensas!

En estas condiciones, más que nunca, E.T va a querer volver a casa.


Hay documentos que debería ser obligatorio conocer si estás preocupado por lo que se avecina en Servicios Sociales, los han redactado el Consejo General de Trabajo Social y la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales.

lunes, 15 de abril de 2013

Desahucios



            Llevo pocos años viviendo en mi casa, pagando mi hipoteca, amueblándola a mi gusto, decorándola y cuidándola, haciéndola confortable. Lo primero fue encontrarla, meses buscando un piso pequeño asequible a mi salario de trabajador social, ver qué zonas me podía permitir, qué características, qué metros, cuántas estancias. Un día apareció: un piso coqueto y abuhardillado que me enamoró. A mi padre no tanto. Empecé a imaginar dónde iría un sofá, dónde mis libros, mis utensilios de cocina y en cada rincón mi esencia.
            Un colchón prestado tirado en el suelo fue mi primera pertenencia. Un rincón chill-out formado por telas y cojines étnicos sugerencia de mi amiga Cristina, que aún hoy conservo en mi salón lleno de muebles prestados, sirve para tomar mate con amigos sentados en el suelo, fumar cachimba con tabaco de sabores, sobre todo cereza y coco, mis favoritos. Una terraza para tomar el sol desnudo, como a mí me gusta, y para disfrutar de mis plantas y bonsáis, para observar cómo crece y se desarrolla la vida.
            Hoy ya no es mi casa, es mi hogar. Se compone de momentos vividos, de pasiones compartidas, de juegos y confidencias, de risas y cenas con amigos y familia, con gente a la que amo, y de días de confortable soledad, entre mis libros, mi música, mis películas y mi conexión a internet. Y cocinando, me encanta. O haciendo puzzles. Tantas cosas solo y en compañía.
            Qué importante es sentirte a gusto donde vives, rodeado de todo lo que necesitas. Es cierto que podríamos soltar lastre de lo material… pero ¡cuesta tanto! Aún voy a casa de mis padres y no puedo prescindir de la habitación en la que tantas horas he pasado durante muchos años. Sigue siendo mi espacio, también.
           
El tema de los desahucios me está afectando últimamente, me hace mirar mi casa de otra manera, observar sus paredes y mis pertenencias, mis fotos, mi ropa, mi cama. Demasiadas posesiones quizá. Y empiezo a comprender mejor a quien se queda sin nada, porque siento su angustia cuando los tengo frente a mí y lloran de amargura e impotencia. En un hogar hay demasiado vivido para que un día te lo quiten y te quedes sin nada.
            Aún no he tenido muchos casos y me impresionan, supongo que es la falta de costumbre, e imagino también que al escribir esto y sentir en mi mente de forma tan viva su mirada de angustia, su voz rota por la rabia y la amargura, es normal que se me encoja el pecho y me tiemblen las letras en la pantalla de mi ordenador portátil. Irán llegando más historias similares a mi despacho si no logramos frenar esta sangría y el avance de las brutales políticas neoliberales, pero no quiero acostumbrarme, no quiero hacerme insensible a la tragedia que implica tan desgarradora pérdida.
           
A los Servicios Sociales está llegando gente que nunca se habría imaginado en esta situación. Vienen con vergüenza, con un nudo en la garganta, con tantas ganas como miedo a liberar su angustia. Y se sienten profundamente aliviados cuando se dan cuenta de que les escuchas y no les recriminas nada, que no les juzgas por pedir ayuda, por no ser capaces de manejar los hilos de su destino, que no les sales con la monserga de haber vivido por encima de sus posibilidades y te centras en su angustia, les apoyas, les comprendes, les orientas, aunque no puedas hacer mucho más por ellos.
            Queda un camino duro por delante. El sufrimiento, la angustia y la rabia van a ser sus inevitables compañeros más tiempo del deseable, agarrándose a las patas de una cama en la que quizá tengan los días contados e impidiéndoles conciliar el sueño cada noche. Pero ahora ya no se sienten tan terriblemente solos ante el precipicio. O eso quiero creer, porque en cuanto cruzan la puerta y salen a la calle vuelven a estar a merced del tiempo que corre inexorable y acumula cuotas impagadas.

            La Junta de Castilla y León ha puesto en marcha el “Servicio Integral de Apoyo a las Familias en Riesgo de Desahucio”. Nuestra función en los Centros de Servicios Sociales es derivarles al teléfono de información 012 a través del cual canalizan las demandas. Desde este servicio hacen mediación y renegocian las condiciones de la hipoteca con el banco. La Junta de Castilla y León no ha hecho ninguna inversión y está sobrecargando con esta tarea a profesionales de Servicios Sociales de las diferentes entidades locales, pero se han encargado de darle una gran publicidad como si fuera la solución a todos los males, mostrando una gran sensibilidad social; políticos movidos por el bien común, ya sabéis. Os dejo un enlace que habla de este servicio, pero por favor, no creáis todo lo que dice: ni hay nuevos profesionales atendiéndolo, ni hay nuevas ayudas para estas situaciones, ni se han resuelto favorablemente tantos expedientes.
                     
            Y sin pretenderlo vuelvo a pensar en mi casa. Me quedan muchos momentos por vivir, olores que respirar, libros que leer, cenas con quienes me hacen la vida feliz, tardes y noches de chill-out, ratos de soledad tranquila y soledad agobiante, fiestas y encuentros. Mucho calor de hogar. Y por cada nuevo desahucio injusto sentiré que soy afortunado por tener un techo, que quizá no lo merezca, que algún día podría ser alguno de los míos.

lunes, 8 de abril de 2013

Lunes de aguas





En el Siglo XVI Salamanca era una ciudad con dos curiosas realidades: miles de estudiantes en la universidad, todos varones en aquella época, y miles de prostitutas en las muchas mancebías existentes. Meretrices y estudiantes dotaban de vida y actividad a la ciudad. En esa época Salamanca albergaba la más antigua Universidad española, cuna del conocimiento y el saber, al mismo tiempo que se había convertido en el mayor burdel de Europa, algo que censurará Felipe II a su llegada a la ciudad. Pretendiendo imponer su propia visión de la moral pública, promulga un edicto que obligará a vaciar la ciudad de prostitutas durante el tiempo de cuaresma, amenazando a las rameras con sufrir graves castigos si no respetan este exilio o cuarentena.

Las prostitutas se trasladaban a la otra orilla del río Tormes el miércoles de ceniza y la ciudad se veía privada del vicio mercenario y los placeres del comercio de la carne. Transcurrido este tiempo, que era controlado por el llamado Padre Putas, las mesalinas volvían a la ciudad cruzando el río en barcas el lunes siguiente al lunes de Pascua. Los estudiantes las recibían en la otra orilla con gran regocijo y lo celebraban por todo lo alto. Una multitudinaria fiesta orgiástica que terminaba con estudiantes y putas bañándose en el río saciados de alcohol, comida y placer.

Desde entonces conocemos este día como el “lunes de aguas” y aún hoy las familias lo celebran saliendo a comer al campo el famoso hornazo de Salamanca, aunque no todos conocen el origen de esta fiesta pagana. Aquello que durante mucho tiempo fue una celebración del vicio, llega a nuestros días transformado en una fiesta familiar y comunitaria. Placeres ambos, al fin y al cabo.

La sociedad se transforma pero conserva costumbres de las que a veces olvida su origen. De entonces nos quedan dos expresiones populares: “pasas más hambre que las putas en cuaresma” y “a Salamanca putas, que viene San Lucas” haciendo referencia este segundo refrán al cura que las trasladaba, el padre Lucas, al que pocos llamaban así.

Explicar en el blog el origen de esta festividad me sirve de excusa para hablar de la dimensión comunitaria del Trabajo Social. Centrados en nuestras obligaciones diarias, rodeados de expedientes, solicitudes, papeles, plazos y problemáticas diversas, dejamos de lado una dimensión muy importante de nuestra intervención: la comunitaria.

Los trabajadores sociales somos agentes de cambio pero la realidad es que casi nunca creamos algo que no exista previamente ¿cómo es esto posible? La respuesta a esta cuestión es que intervenimos en tres dimensiones: individual, familiar y comunitaria. Aprovechamos las redes y relaciones existentes (familia, escuela, vecindario, amistades, instituciones) potenciando su utilidad para los individuos.

La comunidad funciona sola, la idea no es modificar sus procedimientos pero sí aprovechar sus sinergias para colaborar y mejorar sus muchas potencialidades. Tengo la suerte de intervenir en el ámbito rural donde la comunidad es un recurso de apoyo imprescindible. Volviendo al ejemplo del lunes de aguas: mientras en la ciudad esta tradición ha perdido fuerza, en los pueblos sigue contando con muchos adeptos. Es un momento único para notar el calor de la gente, una celebración de la vida comunitaria, un homenaje al soporte social que implica la familia, las amistades y el vecindario. En definitiva, la comunidad de la que el individuo forma parte inseparable e imprescindible.

Esta entrada es una invitación a la reflexión sobre esta dimensión grupal y comunitaria:

¿Hacemos Trabajo Social Comunitario?
¿Reconocemos la importancia que tienen las asociaciones, los ayuntamientos, los grupos, el vecindario, la parroquia?
¿Somos capaces de entrar en esa realidad social y aprovechar su potencial?
¿Se lo hacemos ver a quienes toman las decisiones sobre la metodología de intervención?

Para terminar quiero hacer un recordatorio: desde el pasado jueves cuatro de abril, el joven Darío, mirobriguense de 24 años, está desaparecido. Se precipitó al vacío cuando tomaba una foto en el Pozo de los Humos, situado entre las localidades charras de Masueco y Pereña, donde el río Uces forma una impresionante cascada que en estos días lleva más caudal y fuerza que nunca. Toda la provincia está conmocionada con el suceso y pendiente de los equipos de rescate que siguen buscándole sin resultado hasta el momento. Quiero mostrar mi absoluta admiración a los equipos de salvamento, entre los que cabe destacar la actuación de Guardia Civil y Bomberos. Los mismos que han sido expedientados por expresar su opinión llevan días jugándose la vida por encontrar a Darío. Para mí, son valientes. Casi héroes.

Este lunes de aguas va a ser muy diferente en la provincia de Salamanca. Es un lunes triste. Y aún así, sigue siendo un momento para compartirlo en comunidad. Qué importante es la comunidad de la que formamos parte.

Fuentes de información: Lunes de Aguas y Pozo de los Humos

lunes, 1 de abril de 2013

Serendipia


Llaman serendipia a un descubrimiento inesperado cuando lo que se busca es otra cosa diferente. Es un término no recogido por la RAE, proviene del término inglés “serendipity” y según la imprescindible Wikipedia es lo que coloquialmente denominamos “descubrir algo de chiripa”: una casualidad, una coincidencia.
En la historia existen muchos ejemplos de descubrimientos casuales (o no tan casuales) atribuibles a la Serendipia (¡esa diosa! ¡con mayúsculas!) como el descubrimiento de América, la penicilina e incluso algo de uso tan cotidiano como los post-it.


            Soy muy observador y me gusta analizar todo lo que me rodea. Tengo especial predilección por las casualidades y por los acontecimientos que se van encadenando unos con otros. Lo casual a veces es causal. Y me atrevo a afirmar que esto es lo que me ha ocurrido para llegar a formar parte de la BlogoTSfera: la diosa Serendipia haciendo de las suyas.
                                                                                      
            Uniendo dos de mis pasiones, el Trabajo Social y la comunicación a través de las nuevas tecnologías, llevaba meses siguiendo blogs de compañer@s que a través de esta potente herramienta buscaban, entre otros objetivos, la mayor difusión de nuestra profesión. Dar el salto a crear mi propio espacio fue un proceso natural, no muy meditado. Y nació mi blog “La raíz de la mandrágora” cuyo nombre proviene de esa mítica planta que me fascina y a la que se han atribuido poderes mágicos.

Me gusta mucho escribir y pensé que si lo tomaba como una costumbre podría reflexionar mejor sobre mis intervenciones y sobre el papel de los Servicios Sociales Básicos. Los siguientes acontecimientos fueron pura Serendipia. Algo que yo no buscaba y que sin embargo llegó por sorpresa, haciendo que todo tuviera mucho más sentido. Un comentario en mi blog de la compañera Belén, a la que seguía desde hacía tiempo, puso en marcha la maquinaria: me ofrecieron entrar en el grupo, conocí las acciones coordinadas que estaban llevando a cabo, llegaron las videoconferencias, la decisión del nombre, la propuesta del Consejo… y finalmente la presentación de un logo creado por Israel al que casi volvemos loco con tanto cambio.

            Si tenéis interés en saber un poco más sobre cómo se ha gestado la BlogoTSfera, que no es otra cosa que un grupo de trabajadores sociales inquiet@s que tenemos en común administrar un blog sobre temas relacionados con nuestra profesión, podéis leer las interesantísimas entradas de mis compañer@s hablando (aunque creo que ellos no lo saben) de la diosa Serendipia: Pedro, Nacho, Israel, Rafa.

            También es una buena ocasión para difundir la publicación del número 100 de la Revista de Servicios Sociales y Política Social que os podéis descargar gratuitamente en el siguiente enlace. A partir de la página 225 podéis leer un artículo del compañero Rafael Arredondo, presidente del Colegio de TS de Málaga y administrador de nuestro grupo, que habla de la  BlogoTSfera, incluyendo fichas con información de todos los blogs. Una de las decisiones que hemos tomado es apoyarnos entre nosotr@s para dar a conocer lo que hacemos, buscando un mayor reconocimiento del trabajo que se hace en Servicios Sociales.

           
           Y para terminar una recomendación: mantened al máximo de potencia todos vuestros sentidos, abrid vuestros siete chacras, permitid que fluya la energía, activad vuestro lado más zen, confiad en vuestra intuición, haced lo que haga falta pero sobre todo permitid que la diosa Serendipia llegue a vuestra vida para ser conscientes de que las casualidades nos traen maravillosas sorpresas que nos hacen un poquito más felices. Yo me conecté con el universo y me ha incluido en la BlogoTSfera… ¿me contarás qué consigue para ti?