martes, 28 de octubre de 2014

Adopción LGTB

      El año 2005 fue un año muy importante para las personas con una orientación afectiva no heterosexual en España: la igualdad de la que siempre debimos disfrutar era reconocida, por fin, en las leyes. Tuvieron que pasar siete años para que el Tribunal Constitucional resolviese el recurso de la vergüenza, interpuesto por el Partido Popular, y ratificase que el matrimonio igualitario no tiene nada de inconstitucional.

      La igualdad normativa, como suele ocurrir, no se transforma inmediatamente en igualdad real. En otras ocasiones he hablado de estos temas así que hoy me centraré en un aspecto concreto de esta desigualdad: el derecho de los menores a disfrutar de una familia adoptiva adecuada en la que recibir cariño, educación y la cobertura de todas sus necesidades, independientemente del tipo de familia. En el caso de parejas del mismo sexo la adopción es casi imposible y esto, como digo, influye en los derechos de la infancia. El motivo es muy simple, fácil de entender por cualquiera, incluso por un presidente de gobierno mediocre: cuantas más familias haya para elegir, más posibilidades existen de seleccionar la mejor para el menor.
      Se suele recurrir al argumento fácil de que la adopción por parte de parejas homosexuales es un capricho de los adoptantes y que lo importante es pensar en el superior interés del menor. ¿Qué diferencia hay con las parejas heterosexuales? ¿lo de ellas y ellos no es un capricho? En cualquier tipo de familia lo fundamental es el menor susceptible de adopción, eso nadie lo discute, así que cuantas más familias dispuestas a adoptar existan, más protegido estará el derecho de estos menores. Me cuesta entender que esto sea tan difícil de entender ¿me entiendes o no? ¡qué lata siempre con lo mismo!

      La principal dificultad para garantizar este derecho, insisto, de los menores, es que en España no es fácil adoptar y por eso se recurre a la adopción internacional y la normativa de otros países no es tan avanzada como la nuestra, primer país del mundo en reconocernos el derecho a la adopción. Además, las leyes necesitan un desarrollo posterior, siendo necesario que nuestros gobernantes establezcan los mecanismos para garantizar que esos derechos no se quedan en papel mojado por la existencia de otro tipo de obstáculos.

      Pero claro, a veces son estos gobernantes quienes trabajan en poner mayores trabas. No es una noticia nueva, pero no había tenido oportunidad de comentarla en el blog así que aprovecho esta ocasión para hacerlo: en el mes de julio España firmó con Rusia un convenio sobre adopción que excluye a las parejas homosexuales. La noticia tuvo cierta repercusión, pero como todo, ha caído en el olvido. Me gustaría decir que este no es un convenio excepcional y que en este tema los dos grandes partidos de nuestro país están en la misma línea, pues el partido socialista ha votado a favor de este convenio el 11 de septiembre, día de su aprobación definitiva en el Congreso. El PSOE ya no puede llevar la bandera de ser el partido que nos igualó en derechos, ha perdido esa legitimidad y es cómplice del Partido Popular al legislar en contra de la igualdad de derechos. Que no haya miedo a decir esto, ya no le debemos nada a nadie.

Cho-li no debería faltar en ningún hogar
      Espero volver a este tema en el futuro y ojalá con mejores noticias que analizar. De momento aprovecho la ocasión para recordar que la educación no sexista y no heteronormativa es fundamental para evitar cualquier tipo de rechazo. Y por eso os recomiendo un libro muy especial, "Cho-li y el tesoro más valioso del mundo" del compañero Óscar Cebolla, que debería estar en manos de cualquier madre o padre que quiera para sus hij@s un mundo igualitario y justo ¡es una pequeña joya!

jueves, 16 de octubre de 2014

Los Servicios Sociales hoy: ¡un auténtico polvorín!


Peñaranda de Bte en 1939 tras la explosión del polvorín.
      
      El 9 de julio de 1939 un terrible suceso conmociona a toda España. A las once y veinte de la mañana, cuando muchos de sus habitantes se preparan para ir a misa de doce, Peñaranda de Bracamonte salta por los aires. Un polvorín, donde se almacenaba gran cantidad de explosivos, estalla cerca de la estación de ferrocarril al paso de un tren cargado de amonal, un explosivo altamente inestable. No hay cifras oficiales de muertos, pero el Ayuntamiento calculó más de un centenar, con más de mil quinientos heridos. Gran parte de Peñaranda queda destruida, incluyendo el hospital local, por lo que es necesario evacuar a los heridos.

      Se inicia entonces un largo proceso de ayuda a los afectados y de reconstrucción del municipio. La Plaza Nueva, donde actualmente se encuentra el Centro de Servicios Sociales en el que desarrollo mi trabajo diario, es símbolo de la reconstrucción de Peñaranda por prisioneros de guerra del franquismo. Pasan los años pero conviene no olvidar la historia.

      Un gobierno que toma decisiones sin escuchar, en línea con la tradición de tiempos pasados, se ha marcado como objetivo que los Servicios Sociales salten por los aires en su primera legislatura. ¿El polvorín? La ley que reforma la Administración Local aprobada el 27 de diciembre de 2013 y que implica un duro golpe a los Servicios Sociales Municipales, pero la estrategia es más compleja de lo que parece y varios factores colaboran para encender la mecha. Entre ellos destaca la perversa e intencionada vuelta a la beneficencia, a la solidaridad ciudadana, a la ayuda mutua o la caridad televisada, da igual el nombre, pues no es otra cosa que pérdida de derechos de ciudadanía. Suficiente amonal para que el Sistema Público de Servicios Sociales, que a duras penas se sostiene ya, reviente de forma definitiva. 

      De la reforma de la Administración local vamos teniendo noticias que en este momento no sé cómo interpretar, aunque parece que al gobierno le están poniendo muchas trabas en su aplicación. Las comunidades autónomas están sacando normativas propias en desarrollo de esta ley, en muchos casos yendo contra el espíritu de la misma en un intento de que la reforma no sea tan severa. Lo más llamativo es que hablamos de comunidades del mismo signo político que el gobierno. A todo esto se unen los recursos de inconstitucionalidad frente a la ley de 3000 ayuntamientos, ocho comunidades autónomas y 130 diputados. La aplicación de la ley que dinamita la autonomía municipal se pone cuesta arriba, para mí esto sí son brotes verdes.

      Respecto a la beneficencia y el auge del tercer sector os recomiendo la lectura de un artículo de Nacho Santás ¿Son cómplices las ONG del deterioro del Estado de Bienestar? tema sobre el que ya he hablado en este blog y que me preocupa especialmente (aquí). Y un dato escalofriante, el aportado por Sebastían Mora, secretario general de Cáritas, en el programa "El Objetivo" de La Sexta: "el 60% de las personas que atiende Cáritas vienen derivadas de Servicios Municipales". Teniendo en cuenta que la demanda en los Servicios Sociales ha aumentado en un 74% desde el inicio de la crisis, según datos aportados en el mismo programa por Ana Lima, presidenta del Consejo General de Trabajo Social, y que los recortes en política social han sido brutales, sólo hay que unir unos datos con otros para darnos cuenta del terrible panorama.

      Sí, desde los Servicios Sociales públicos estamos derivando muchos casos a las entidades de carácter social, pues poco más podemos hacer. Quién nos ha visto y quién nos ve, para eso hemos quedado.

Plaza Nueva, Peñaranda de Bte. Construida por prisioneros del franquismo.
      ¿Seremos capaces de reconstruir todo lo que estamos perdiendo? En 1939 se utilizó a las víctimas (prisioneros de guerra) para reconstruir Peñaranda ¿os recuerda esto a algo? 75 años después la estrategia sigue siendo la misma, el terreno se ha ido abonando de forma meticulosa y quienes sufren los efectos de una crisis intencionada son los responsables de buscar soluciones. Desde todas las instancias nos bombardean con mensajes que llevan a ese camino, mientras la desigualdad social aumenta de forma alarmante y el presidente de un gobierno que cada vez tiene menos de legítimo nos dice que debemos resolver nuestros propios problemas.

      Y en eso está la ciudadanía, repartiendo alimentos, pidiendo ropa usada, buscando vivienda para quien se queda en la calle y lamiéndonos las heridas provocadas por un polvorín del que no tenemos culpa. ¿Hasta cuándo lo vamos a seguir tolerando?