viernes, 26 de diciembre de 2014

Frágil


     La última entrada del año en este blog ha llegado sola a través de varios acontecimientos de mi vida personal que quiero compartir. Además aprovecho para desearos unos días tranquilos y energía para afrontar los retos del próximo año.

     La semana pasada tuve una noticia importante que cierra una etapa de mi vida: tras superar el último examen, soy licenciado en Derecho.

     En su día esa fue la carrera que elegí tras hacer la selectividad, con la inocente idea de "quiero resultar útil a esta sociedad". Poco a poco me fui decepcionando y teniendo superada más de la mitad, la abandoné para estudiar Trabajo Social. Disgusto familiar de por medio.

     Pasados los años y con trabajo estable decidí terminarla y hoy, diecisiete años después de haberla comenzado, doy carpetazo a este engorroso asunto. ¡Por fin!

     Cada experiencia de la vida deja algún tipo de huella en nosotros, nos transforma, forja nuestro aprendizaje y nos impulsa hacia adelante. En estos años he aprendido varias cosas, pero supongo que sólo he sido consciente en estos días.

     Un regalo que me envían ha terminado por completar el puzzle. En la caja pone frágil y pienso que es muy simbólico porque las personas muchas veces sentimos esa fragilidad que no siempre es real. Ocurre con los objetos igual que con las personas, en casa de mi madre se conservan íntegras piezas que nunca nos dejó tocar por miedo a que se rompiesen y sospecho que en realidad nunca se romperán.

     Sí, yo pienso que nuestra fragilidad es tan sólo aparente, tenemos capacidad para superar muchas dificultades y para sobrevivir al dolor. Estamos programados para ello, hay que confiar en las personas, en todas las personas. Y si no nos sentimos capaces, vivimos en sociedad para poder suplir nuestras debilidades con el apoyo de los demás.

     Todo esto me ha llevado a hacer un análisis típico de final de año, momento en que nos da por recordar y planificar. Os lo voy a trasladar muy resumido y aprovecho para proponeros que hagáis lo mismo, un ejercicio de reconocimiento personal, una forma de aproximarnos a un autoconcepto más ajustado a  nuestra realidad y a nuestras potencialidades. Lo he llamado "SOY FRÁGIL" pero no os dejéis engañar, os invito a descubrir en qué aspectos no somos frágiles y por qué.


     A veces me siento frágil ante un esfuerzo insignificante que se convierte en un reto insuperable, cuando tengo demasiadas cosas pendientes y me invade la pereza, cuando la angustia o la ansiedad se apoderan de mí. Pero he aprendido que tengo fortalezas para afrontar los retos del día a día, que no me gusta dejar nada a medias, que cuando comienzo algo un impulso más fuerte que mi voluntad me lleva a terminarlo, que las cosas que más cuestan son las que más valoramos, y que si yo puedo, cualquiera puede. Me comprometo a confiar más, a no tener prisa y dejar que el tiempo organice prioridades.


Y este era mi regalo... poco más que añadir, el principito se explica por sí mismo: "Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos". 

Os animo a dejaros llevar por el instinto, a veces es lo más saludable y lo más inteligente.



P.D. Un amigo me ha dicho que mi obsesión por ordenar los libros por tamaños seguramente sea un trastorno patológico, no le quito razón pero... ¿de qué otro modo puede hacerse?

lunes, 8 de diciembre de 2014

Serovisibilidad



      Quizá no debería titular esta entrada con una palabra que no existe, SEROVISIBILIDAD, pero me viene muy bien para lo que quiero explicar: la visibilidad de las personas seropositivas. En 1981 se diagnosticó el primer caso de SIDA en Estados Unidos, la semana pasada celebramos el Día Internacional de la Lucha contra el SIDA ¿por qué treinta y tres años después del primer diagnóstico las personas seropositivas siguen sin ser visibles?

      Muchas son las luchas históricas que me vienen a la mente de colectivos minoritarios discriminados por el resto de la colectividad social. A veces no son tan minoritarios pero por algún motivo se encuentran en situación de desventaja social: mujeres, negros, homosexuales... En ocasiones parece que la batalla nunca se gana del todo, pero si no se lucha, entonces está perdida de antemano. 

      Se pueden hacer muchos análisis sobre los factores que han hecho que estas luchas históricas avancen hacia el éxito, pero me voy a centrar sólo en uno: la visibilidad. En esto existen diferencias evidentes en los ejemplos propuestos: las mujeres y los negros no pueden ocultar que lo son, son visibles sin pretenderlo. Parece algo evidente y de hecho lo es, pero es importante resaltarlo. Sin quitarle mérito al asunto, no hace falta valentía para ser negro o mujer y ser visible, no te queda otra, se te ve de lejos. Es una ventaja y una desventaja, al mismo tiempo. Una persona homosexual puede intentar ocultarlo, teniendo que enfrentarse al momento de dar el paso de ser visible, pero también puede que nunca lo haga.

      La decisión de hacerse visible va a depender de las ventajas y perjuicios que uno obtenga con este hecho. Lo mismo ocurre con la serovisibilidad, que es lo que hoy me interesa. Hablar del estado serológico, después de más de treinta años de lucha, sigue implicando más inconvenientes que ventajas. Ocultarlo tampoco es fácil, hay que crear un mundo de mentiras alrededor que afecta en la esfera psicológica. No es fácil ocultar las consultas médicas, las pastillas que hay que tomar, los efectos de la infección, la lipoatrofia... teniendo que sufrir ansiedad ante conversaciones incómodas con amigos, compañeros de trabajo, conocidos e incluso familia.

      Soy consciente de que la serovisibilidad es difícil, que dar el paso es muy duro, pero tengo la convicción personal de que hacerlo es absolutamente necesario para acabar con el estigma. Y no es suficiente con que lo hagan unos pocos, con que den la cara los de siempre, es necesario visibilizarse en el entorno inmediato, en la familia, en el trabajo, en el vecindario, en la comunidad.

      Los homosexuales lo hicieron, hubo un momento en que decidieron dejar de esconderse y sufrieron las consecuencias. Hoy, nos hemos olvidado un poco, desagradecidos que disfrutamos de las ventajas de no tener que escondernos, ingratos que decidimos simplemente ser personas, pero se partieron la cara por nosotros y la historia debería rendirles homenaje. Perder el miedo y asumir las consecuencias en aras de un futuro sin armarios fue la clave para llegar al punto en el que hoy nos encontramos. Seguimos con batallas por ganar, pero son más puntuales y menos sangrientas, y además somos muchos quienes hemos decidido perder el miedo.

      Hacerse visible es una cuestión absolutamente personal, experiencias hay de todo tipo y para hacerlo hay que estar preparado y ser muy consciente de las consecuencias. En ese sentido os recomiendo que leáis la entrevista a María José Fuster (enlace), presidenta de Seisida, una mujer valiente, luchadora y comprometida. Un ejemplo.

      El movimiento antisida necesita de más personas dando la cara, necesita liderazgos y quizá hoy más que nunca, es el momento. ¿Por qué es importante que una persona seropositiva se haga visible?
   
      Voy a dar SIETE RAZONES, número mágico, pero seguro que existen muchas más:

1. Aquello que no se ve, no existe. La gente necesita poner cara a las situaciones, necesita verlo cerca para creérselo, hacen falta historias personales para poder empatizar.

2. Las personas necesitan espejos en los que mirarse. Que existan referentes hace que quien pasa por la misma situación se sienta identificado, experimente mayor tranquilidad o incluso se anime a hacerlo también.

3. Visibilizarse facilita la aceptación de uno mismo: dejar de vivir una doble vida puede ayudar a sentirse mejor, a liberarse de la carga, mejorando el autoconcepto y la autoestima.

4. Ser visible es ser valiente: esto es una realidad y hay que tenerlo en cuenta, también hay que valorar si la persona está en situación de dar este paso, si sus condiciones personales, sociales, laborales, son favorables. Se trata de ser valiente, no de ser temerario.

5. Las personas visibles contribuyen a acabar con el estigma: esta es una razón fundamental para dar el paso, pero para ello hay que sentir un gran compromiso social, mirar más allá de uno mismo, tener ganas de mejorar la sociedad de la que se forma parte.

6. El  movimiento antisida necesita liderazgos serovisibles: después de tantos años hemos avanzado poco en esta estrategia imprescindible, necesitamos demostrar a las autoridades que cercenan derechos de ciudadanía que quien sufre el estigma está dispuesto a pararles los pies. Las personas afectadas tienen una mayor legitimidad y suyo debería ser el protagonismo, el resto debemos acompañarles en las reivindicaciones para aumentar su fuerza.

7. Es una cuestión de justicia: no parece justo que el peso de la responsabilidad de la lucha en contra del rechazo que aún se sufre, recaiga en unos pocos valientes, que son quienes se llevan todos los golpes.


Ganaremos la batalla cuando pasemos de la cero visibilidad a la serovisibilidad

lunes, 1 de diciembre de 2014

Día Internacional de la Lucha contra el Sida 2014


Este año me uno a la Campaña de Sensibilización #HazloSeguro #CloseTheGap #WAIDSd14 #WeLoveCondom 
      
      En octubre de 2002 comenzó mi colaboración con el Comité Antisida de Zamora y mi vida, así como mi concepción del mundo, cambió para siempre. Como cada uno de diciembre quiero transmitir desde aquí a mis compañeras y compañeros todo mi respeto y mi admiración. Además estamos de celebración, cumplimos 20 años de existencia y aunque el movimiento antisida no pasa por su mejor momento, tenemos fuerza y ganas para seguir haciendo visible nuestra lucha. Por quienes estamos y por quienes ya no lo pueden hacer.


      En esta ocasión quiero compartir algunos datos y reflexiones sobre una pandemia que ya ha generado demasiado sufrimiento. Mientras la ciencia no encuentre una vacuna y una cura definitiva, tres son las ESTRATEGIAS necesarias para acabar con el vih: 

1. Promoción de la Salud Sexual.
2. Detección precoz del vih.
3. Acceso universal a los tratamientos.

      No lo digo yo, es el planteamiento de ONUSIDA, que tiene el ambicioso objetivo de llegar a 2020 con cero transmisiones por vih. ¿Es esto posible? Por supuesto que sí, pero hace falta que las tres estrategias citadas se implementen en todo el mundo. Y la siguiente pregunta es ¿qué tal  lo estamos haciendo en España? La respuesta es breve: mal, muy mal. Haré un breve análisis de las tres estrategias. 

      La promoción de la Salud Sexual pasa, entre otras cosas, por invertir esfuerzos en medicina preventiva e implementar una adecuada Educación Sexual adaptada a las diferentes etapas evolutivas. Nada de esto se está haciendo, ya que la inversión en prevención no tiene resultados visibles inmediatos, habiendo sufrido recortes brutales.

      La detección precoz del vih pasa por promover la realización de la prueba siempre que se hayan tenido prácticas de riesgo y siempre que se tenga una vida sexual activa. Y la pregunta es ¿quién no tiene una vida sexual activa? Desde algunos sectores se promueve la generalización de la prueba a toda la población a través del médico/a de familia. Yo estoy con esta posibilidad, pero la realidad está muy lejos de ser así.

      Respecto al acceso universal al tratamiento estamos mejor, pero debido a los recortes sanitarios, algunas personas tienen graves dificultades para acceder a medicamentos para tratar enfermedades asociadas al vih, lo cual empeora la calidad de vida de las personas seropositivas que se encuentran en esta situación. 

      En mayor o menor medida fallamos en las tres estrategias. ¿Y por qué es tan importante trabajar en cambiar la situación? Pues porque podemos afirmar que el fin del vih estaría muy cerca si mejorásemos en estos tres aspectos. Está demostrado que una persona seropositiva cuya carga viral es indetectable no puede transmitir el vih (si tienes dudas sobre esta cuestión te recomiendo que leas lo que nos cuenta el psicólogo Gabriel J. Martín). Para que la carga viral sea indetectable es necesario tener acceso al tratamiento antirretroviral y mantener una buena adherencia al mismo. Para completar el cuadro es necesario acabar con los diagnósticos tardíos, pues alrededor de un 30% de las personas seropositivas en España no saben que lo son, y por lo tanto, son quienes pueden transmitir la infección. 

      Unir estos datos y llegar a conclusiones es fácil: si todas las personas con vih son diagnosticadas y acceden al tratamiento, manteniendo una buena adherencia, se acabarán las nuevas infecciones, pues una persona indetectable, no transmite, y punto. ¿A qué estamos esperando?

      Esta tarde tenemos varios actos en la calle. En el Comité Antisida de Zamora no nos cansamos de reivindicar las mejoras necesarias y de trabajar para mejorar nuestro entorno. Os lo contaré.

P.D. Si quieres puedes leer las entradas respecto a este día de 2013 y de 2012. Siguen de total actualidad. ¡Gracias!