viernes, 17 de julio de 2015

A favor de la Gestación Subrogada


     En mi última entrada (En defensa de las mujeres: ¡que prohíban el matrimonio heterosexual!) ironizaba y llevaba al absurdo una pretendida defensa de la igualdad de la mujer desde planteamientos caducos y trasnochados. Hoy sin embargo quiero exponer mi planteamiento sobre la gestación subrogada de forma muy seria, pues son miles los niños españoles nacidos mediante esta técnica y ellos y sus familias merecen todo el respeto y todo el reconocimiento del mundo.

     ¿Qué es?

     Según la Asociación Son Nuestros Hijos la GESTACIÓN SUBROGADA es "una técnica de reproducción asistida que permite tener hijos a familias que no son capaces de llevar a término la gestación por sí solas", estableciendo "un acuerdo con una mujer para que geste y dé a luz a su hijo".

     Para entendernos, se considera técnica de reproducción asistida porque se aprovechan los avances de la medicina para lograr un embarazo, algo ampliamente aceptado en la actualidad, y la mujer gestante no aporta material genético alguno (al menos en la regulación que actualmente se propone en España y que es la más garantista), los óvulos bien son de la madre, bien son donados anónimamente por una tercera mujer. Es necesario añadir, además, que la mujer gestante no alquila nada ni tiene vinculación genética con el bebé o bebés que van a nacer. 

     ¿A quién puede ayudar esta técnica? A muchas personas: mujeres que quieren ser madres y tienen una incapacidad física para gestar (problemas de salud, infertilidad, ausencia de útero, etc.), a hombres sin pareja que quieren ser padres, parejas de hombres gays, etc.

     Somos muchos quienes reclamamos que esta técnica sea permitida y regulada legalmente en España y personalmente creo que es un proceso imparable, que antes o después lo lograremos, pues es imposible poner puertas al deseo de miles de personas y familias.

     En España no es posible, legalmente, utilizar esta técnica y que los niños fruto de la misma sean reconocidos como hijos de sus padres intencionales. Sin embargo, si se realiza fuera de España (hay muchos países donde es posible hacerlo) y se cumplen una serie de requisitos, se permite inscribir a esos niños en nuestro país como hijos de sus padres intencionales a todos los efectos. 

     ¿Qué implica esto? Desde mi punto de vista una discriminación y un absurdo legal, pues en la práctica el legislador español acepta el uso de esta técnica, siempre que se realice fuera de nuestro país. Bien, es una opción: no nos complicamos la vida, no controlamos el proceso, pero lo aceptamos. Es cierto que se establece como requisito que los derechos de la mujer gestante hayan sido respetados en todo momento durante el proceso. En coherencia con este requisito deduzco que el legislador español considera que es posible una regulación legal que respete los derechos de la mujer gestante, entonces ¿por qué no ir más allá y regular la técnica en España, donde será mucho más fácil controlar que estos derechos no son vulnerados?

     Yo lo tengo claro, la opción actual no es mi opción, a mí me gustan las cosas bien hechas, sin hipocresías ni doble moral. Si aceptamos la gestación subrogada en el extranjero, también deberíamos aceptarla aquí. 

     Existe, desde el feminismo, una fuerte oposición a la regulación de la gestación subrogada, siendo su mayor representación la perversa campaña No Somos Vasijas. Toda la vida me he considerado feminista, firme defensor de la igualdad de mujeres y hombres, pero en los últimos tiempos empiezo a tener dudas respecto a un importante sector del feminismo. Sé que no es políticamente correcto decirlo, pero empiezo a pensar que han perdido el norte, que desde el noble objetivo de defender la igualdad, este trascendental movimiento ideológico que ha transformado y mejorado el mundo de manera significativa, ha comenzado a limitar derechos de la mujer, desde el paternalismo, desde la superioridad moral que creen representar, desde estrategias y planteamientos muy próximos al patriarcado contra el que supuestamente dicen luchar. De ese feminismo, sin duda, yo hoy me doy de baja.

     Sí, me doy de baja, para siempre. No pienso ser cómplice de un movimiento que impone su moral, que infantiliza a las mujeres, que no las considera con derecho a decidir por sí mismas, que las pretende libres e iguales siempre que digan y hagan lo que ellas creen que deben decir y hacer. Un movimiento que en lugar de luchar para que la regulación legal de nuevas realidades sociales y familiares sea respetuosa y garantista con los derechos de las mujeres, elige el camino fácil y autoritario de prohibir, como haría el rancio patriarcado contra el que deberían luchar. Mujeres enfrentadas a mujeres. No, tras esa pancarta que no cuenten conmigo.

     Entiendo, sin embargo, las dudas y reservas de mucha gente ante la gestación subrogada, y por eso voy a contestar en esta entrada a algunas PREGUNTAS que me han hecho compañeras y compañeros de profesión:

     ¿Por qué no recurrir a la adopción en lugar de la gestación subrogada, habiendo tantos niños abandonados que necesitan una familia?     

     La misma pregunta se le puede hacer a quien opta por ser padre o madre de manera biológica, simplemente porque pueden hacerlo. ¿Desde qué superioridad moral se realiza este planteamiento? Además se parte de una premisa errónea, no existen tantos niños abandonados ni es tan fácil la adopción por las trabas burocráticas existentes, teniendo que permanecer en lista de espera durante muchos años. Que exista la posibilidad de la adopción no debe impedir la regulación o existencia de otras alternativas, dejemos a la gente decidir.

     ¿Si la gestante se arrepiente, no se lo puede quedar? 

     Como he explicado al principio de esta entrada, la mujer gestante no aporta material genético, no aporta sus óvulos, dona su útero y su capacidad de gestar, que es mucho, sí, pero el bebé que nace no es su  hijo. Estamos hablando de seres humanos, la regulación ha de garantizar desde el inicio quién tiene la responsabilidad sobre el bebé o los bebés, para lo bueno y para  lo malo, tampoco los padres intencionales pueden echarse atrás si el bebé tiene algún problema de salud o discapacidad, por ejemplo.

     ¿Y esas niñas y niños cómo se sentirán en el futuro? 

     En algunos países esta técnica es legal desde hace muchos años, en Estados Unidos existen estudios que dan respuesta a esta pregunta. Los niños y niñas que nacen por gestación subrogada no sufren el "estigma del abandono" como ocurre con quienes son adoptados. He leído un caso de una mujer que nació por gestación subrogada que decidió, de adulta, ser gestante para otras parejas, agradecida con la mujer que un día hizo lo mismo para que ella pudiese nacer y hacer felices a sus padres. Hoy nadie habla de los "bebés probeta" que hace  años eran noticia y tanto preocupaban; estoy seguro que con el tiempo, ocurrirá lo mismo en este caso.

     ¿Y si se convierte en un oscuro negocio? 

     Esta preocupación es la que más comprendo y la que de hecho más me preocupa, pues es fundamental garantizar los derechos de las mujeres gestantes y de todas las mujeres, para evitar que las circunstancias socio-económicas y la situación de desigualdad de género estructural lleven a algunas mujeres a  tomar una decisión en la que arriesgan su integridad física, porque no encuentran otra opción. 

     Y esta preocupación es la que con más fuerza me lleva a defender la regulación de esta técnica en España, para poder garantizar que no haya ningún tipo de abuso. Las y los trabajadores sociales conocemos lo que ocurre con las adopciones internacionales, las circunstancias que rodean al asunto y el abuso/negocio que implica esta cuestión en algunos países. Como no quiero ser responsable de este tipo de abusos, apuesto por una regulación garantista en España que impida que esto ocurra.

     La iniciativa legislativa popular, promovida por la Asociación por la Gestación Subrogada en España, respecto a los requisitos de  la mujer gestante dice así: "disponer de una situación socio-económica estable y haber residido en España durante los dos años inmediatamente anteriores a la formalización del contrato de gestación por subrogación". 

     Como ya he dicho no podemos poner puertas al campo, muchos países ya han regulado esta técnica, es posible hacerlo y al mismo tiempo luchar contra las condiciones de desigualdad de las mujeres para que no tomen decisiones que les puedan perjudicar. De hecho, pienso que regular es defender. ¿Queremos llegar tarde a la historia una vez más? ¿vamos a seguir permitiendo que se vulneren derechos porque no nos atrevemos a dar un paso al frente?

     A quien ahora mismo me lee le digo: si quieres saber más y formarte una opinión meditada sobre el tema te recomiendo que leas mucho, que investigues, que no te precipites, que consultes argumentos a favor y en contra, que conozcas historias personales y que visites a No Somos Vasijas pero también a Son Nuestros  Hijos y a la Asociación por la Gestación Subrogada en España. Y si quieres conocer la propuesta legislativa que se va a convertir en Iniciativa legislativa popular este es el TEXTO DE LA ILP

     Y llegado a este punto planteo una cuestión personal para la reflexión: si decido ser padre y una amiga, o mi hermana, o una prima o incluso una desconocida quiere ayudarme, hacerme ese inmenso  regalo ¿a quién coño le importa el acuerdo al que lleguemos para que yo sea feliz y contribuya a traer una nueva vida a este mundo a quien educar y amar sin límite? ¿quién se considera en una posición moral superior a la mía para oponerse, para impedírmelo, para decirme que no? Razones en los comentarios, por favor. ¡Gracias!

     Ah, para terminar: ¡nadie va a quitarme el carnet de feminista por pensar diferente!

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