domingo, 12 de julio de 2015

En defensa de las mujeres: ¡Que prohíban el matrimonio heterosexual!

(Aviso: esta entrada está escrita en DEFENSA de la GESTACIÓN SUBROGADA)


MANIFIESTO

     Yo, firmante de esta entrada, me encuentro muy preocupado ante los cada vez más numerosos pronunciamientos que reclaman con fuerza la legalización de una institución propia del patriarcado y que una sociedad moderna, progresista, feminista y defensora de la igualdad real no puede permitir: el matrimonio.

     Para que los partidos políticos y los gobiernos estén alerta y no se dejen engañar por campañas mediáticas, parciales y demagógicas, deben tener presente que el deseo de los hombres de formar una familia nunca puede sustituir o violar los derechos que asisten a las mujeres y a los menores. El deseo de formar una familia no implica ningún derecho que deba ser reconocido en las leyes vigentes.

     Por eso hoy digo, alto, fuerte y claro que el único objetivo de la institución matrimonial es perpetuar la posición de desventaja social de la mujer. Los hombres quieren una empleada doméstica, una esclava sexual, la utilización del útero de la mujer para la cría de bebés a la carta y una cuidadora de su prole, todo esto, por supuesto, de forma gratuita, engañando a la mujer indefensa para que piense que está tomando la decisión libre y solidaria de formalizar un contrato que en realidad, siempre y en todo momento, vulnera sus derechos.

     Mi absoluto rechazo a  la institución del matrimonio se fundamenta en las siguientes razones:
  • Porque abogo por el derecho a decidir de las mujeres en materia de derechos sexuales y reproductivos. El matrimonio anula la capacidad de decisión de la mujer frente al hombre, que debido al patriarcado se encuentra en una posición social de superioridad.
  • Porque elegir es preferir entre una serie de opciones vitales. El matrimonio es un contrato con unas reglas difíciles de modificar en el futuro, lo cual ha de entenderse, necesariamente, como esclavitud.
  • Porque el llamado "matrimonio" se inscribe en el tipo de prácticas que implican el control sexual de las mujeres. La mujer deja de tener libertad en sus relaciones sexuales, sometida siempre a los deseos del varón, que pasa a ser su poseedor de facto y de derecho.
  • Porque someter y esclavizar a la mujer no se puede catalogar de contrato civil acordado libremente por ambas partes. La mujer, víctima indefensa en todo caso, es engañada y pierde prácticamente toda su libertad.
  • Porque el "altruismo y generosidad" de unas pocas no evita la cosificación, el tráfico y las granjas de mujeres a la carta para que los hombres adquieran de forma gratuita los servicios sexuales, domésticos y de cuidados de mujeres sometidas a sus caprichos de varón. Recurrir al argumento del "altruismo, generosidad y consentimiento" refuerza la definición de las mujeres, propia de las creencias religiosas, como "seres para otros" cuyo horizonte vital es el "servicio", mujeres que sacrifican su libertad en pos de la felicidad de los demás. 
  • Porque cuando el "matrimonio" altruista se legaliza se incrementa también el comercial. Ningún tipo de regulación legal puede garantizar matrimonios basados en la igualdad, en el libre consentimiento, en el amor, en el deseo de ambas partes de formar una familia, en el admirable objetivo de construir un proyecto común, solidario, generoso, altruista, humano.
  • Porque no acepto la lógica neoliberal que quiere introducir el matrimonio como servicio doméstico gratuito, ya que se sirve de la desigualdad estructural de las mujeres para convertir esta práctica en un medio para el enriquecimiento del varón.
  • Porque las  mujeres no se pueden alquilar o comprar de manera total o parcial. El matrimonio no puede ser la única opción para las mujeres que no encuentran un trabajo o medios de vida dignos, convirtiéndose la mujer en objeto de "consumo patriarcal".
  • Porque me encuentro radicalmente en contra de la utilización de eufemismos para dulcificar o idealizar la esclavitud de la mujer, viva esta en la dorada California o en un barrio de la India. No se puede describir como matrimonio un hecho social que cosifica el cuerpo de la mujer y mercantiliza el deseo de formar una familia.
  • Porque la perspectiva de los derechos humanos supone rechazar la idea de que las mujeres sean usadas como objetos y sus capacidades sean compradas. El derecho a la integridad de la mujer no puede quedar sujeto a ningún tipo de contrato.
     Así pues, me declaro en contra de cualquier tipo de regulación en torno a la utilización de las mujeres como esclavas de los hombres.

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     Si habéis llegado hasta el final y todos estos argumentos os suenan tan surrealistas y caducos como a mí, os invito a leer el manifiesto en contra de la GESTACIÓN SUBROGADA de un grupo de mujeres que se autoproclaman defensoras de todas las demás, y con ese noble fin, desde su posición de superioridad moral, pretenden limitar la libertad de decisión de sus iguales. Este es el enlace: NoSomosVasijas

     P.D. En la próxima entrada contestaré a este manifiesto con mi visión, menos moralista, sobre el asunto.

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