martes, 20 de octubre de 2015

Refugiados, políticos y cardenales sin vergüenza


    "Refugiados" fue una serie española emitida entre mayo y junio de 2015, promocionada a través de una importante y organizada campaña mediática, que generó gran expectación, con un interesante argumento (el mayor éxodo de la historia: 3000 millones de habitantes vienen del futuro ¿para quedarse?), con un primer capítulo más que aceptable, un desarrollo bastante pobre y un final decepcionante. Hoy nadie se acuerda del que quisieron vender como el estreno televisivo del siglo.


    No tenía intención de abordar el tema de los refugiados sirios en el blog, pues siento que es un tema muy complejo, que tiene muchas aristas que se me escapan y tengo poco o nada que aportar, pero los acontecimientos han hecho que después de este período de barbecho bloguero, acabe hablando de los refugiados que finalmente ¿llegarán a España?

    A Europa ya  han llegado, está por ver qué ocurrirá aquí, me gustaría pensar que estaremos a la altura de las circunstancias de una crisis humanitaria de semejante calado, pero todo apunta a que no será así. Europa avengüenza una vez más, muchas reuniones del Consejo Europeo hablando de cupos y ninguna conclusión, al menos nada que yo sea capaz de entender. En España el gobierno está en otros temas más importantes, engañando a la ciudadanía afirmando que la crisis (que sólo ha sido económica) es cosa del pasado. Las elecciones, esas cosas.

    Y en medio de todo esto un nombre propio, el motivo por el que hoy me decido a escribir (aún está por ver si publicar) esta entrada: Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, cardenal y sin vergüenza. Este buen hombre de la Iglesia se pregunta, respecto a los refugiados, y lo hace con un micrófono delante y con el apoyo de una institución milenaria cuya credibilidad se basa en la fe ciega, si es todo trigo limpio.

    Mi respuesta, señor Cañizares, es que no, evidentemente no. No todo es trigo limpio, nunca lo es. No todo es trigo limpio en la Iglesia tampoco, pues hay quien llega a cardenal albergando en su interior una falta de solidaridad y generosidad que a mí, que no me suele ocurrir, me deja sin palabras. No hablaré de maldad, pues ese es un concepto muy relacionado con algo que usted, señor Cañizares, controla más que yo, el pecado y esas cosas, pero sí hablaré de mala leche.

    La mala leche de quien se atreve a decir que la crisis de los refugiados es una invasión, de quien se atreve a decir que muy pocos vienen perseguidos. La mala leche de quien no tiene reparos en defender la pureza del pueblo europeo, que se verá manchado con la llegada de un caballo de Troya que acabará con nosotros. Dice literalmente este señor "no se puede jugar con la historia, no se puede jugar con la identidad de los pueblos" y añade que "hay que ser lúcidos, ver quién está detrás de todo esto, ¿vienen simplemente porque son perseguidos? muy pocos vienen porque son perseguidos"

    Lo que ha trascendido y lo que queda en la memoria colectiva fugaz es la duda razonable sobre el trigo limpio, pero Cañizares ha hecho afirmaciones mucho más graves, afirmaciones de un racismo de manual. Puro tósigo. Ponzoña pura. Puro veneno.

    Si queréis ver el vídeo completo aquí lo tenéis: Cañizares en el Forum Europa Tribuna Mediterránea. Hay que tener buen estómago, advierto. Ahora pide perdón y dice haber sido sometido a una brutal campaña de linchamiento. Pobre. Venga, te pedimos perdón, y tal.

    Como no quiero acabar envenenado por las reacciones de xenofobia que tanto me disgustan, acabaré señalando todas las respuestas que sí me hacen confiar, una vez más, en el género humano. Asociaciones, organizaciones, instituciones y personas particulares que ofrecen lo que tienen para recibir y ayudar a paliar el sufrimiento de quienes se  han visto obligados a huir de la muerte. El Colegio de Trabajo Social de mi provincia está recopilando información de las iniciativas que hay en marcha para prestar el apoyo necesario y participa en la Plataforma Salmantina de Apoyo al Refugiado.

    Estas noticias sí me gustan. Ahora esperemos que todas las buenas intenciones se canalicen adecuadamente para que seamos capaces de ofrecer una vida digna a quien está llamando a nuestra puerta con urgencia. Que no se quede en la noticia de moda, en el lanzamiento mediático de la temporada, en algo que como la serie que mencionaba al principio de esta entrada, acabe decepcionando y dejando un mal sabor de boca, pasando rápidamente al olvido colectivo. La implicación desde lo público es fundamental, la seguimos reclamando y esperando.

¡Saludos!