domingo, 31 de enero de 2016

La chica danesa


    "Este no es mi cuerpo, doctor. Por favor, quítemelo" es una de las frases del actor protagonista que encarna al pintor danés Einar Wegener (1882-1931) y su progresiva transformación en Lili Elbe, la mujer que siempre sintió ser, en la película inglesa "La chica danesa"

    Una frase que resume muy bien qué le ocurre a las personas transexuales y que en el momento de la película en el que se dice, logró emocionarme y desarmarme. Hay más frases que se me han quedado grabadas, más momentos, miradas, situaciones, sentimientos.

    "La chica danesa" es una gran película porque cuenta una gran historia, una historia real, la de la pintora Lili Elbe, una de las primeras mujeres transexuales en someterse a una cirugía de reasignación de sexo, a principios del siglo XX.

    Si tan sólo sirve para que el gran público tenga un mayor interés y aumente su conocimiento de esta realidad, la película habrá resultado útil. 

    En esta entrada del blog, sin embargo, me gustaría ir más allá de la película, al momento actual casi un siglo después de la muerte de Lili Elbe. En la mente de mucha gente estará ahora la historia de Alan, el menor transexual que el pasado diciembre se quitó la vida en Barcelona tras el acoso escolar sufrido durante mucho tiempo. Alan había conseguido el cambio de nombre en su DNI aún siendo menor, pero no pudo con el sufrimiento que padecía y se quitó la vida con tan sólo 17 años. Alan contó siempre con el apoyo de su familia, cambió su nombre y cambió de instituto, pero su entorno escolar siempre fue desfavorable.

    ¿Qué ocurre con las y los menores transexuales en los centros escolares? ¿Y con las y los menores LGTB? ¿Estamos haciendo todo lo necesario para evitar el acoso escolar a aquellos menores que son diferentes a ojos de  los demás?

    Supongo que es difícil que olvidemos el reciente caso de Diego, un niño madrileño de once años que se quitó la vida el pasado octubre y cuya carta de despedida ha sido compartida por sus padres, que buscan una explicación y una reparación justa que calme su dolor. Quizá busquen, por encima de todo, que ninguna otra familia tenga que pasar este infierno. Desconozco los motivos del acoso escolar sufrido por Diego, pero algunos testigos han declarado que la palabra maricón estaba entre los insultos que recibía habitualmente el menor (ver noticia). 

    No es necesario tener una orientación sexual o afectiva diferente a la mayoritaria ni haber nacido con el sexo diferente al sentido para sufrir acoso escolar, es suficiente con que lo parezca, es suficiente con aparentar debilidad, es suficiente con no cumplir con las características asignadas tradicionalmente al género masculino o femenino, como se nos enseña desde bien pequeños. Y estamos hablando de una situación, en ocasiones, con graves e irreparables consecuencias. ¿Para cuándo una ley que aborde de forma integral la lgtbfobia y especialmente la sufrida por menores?

    Mientras esto llega, no perdamos de vista todos aquellos recursos que ayuden a educar y a concienciar, que ayuden a sensibilizar y a crear un mundo en el que menores y jóvenes no piensen en el suicidio como única salida a su dolor. "La chica danesa" es uno de estos recursos, una película para sentir, para emocionarse, para aprender, para disfrutar y para experimentar profundas e intensas ganas de vivir.

    P.D. Existen en España entidades que apoyan a familias con menores transexuales, entre ellas la Fundación Daniela y la Asociación de familias de menores transexuales Chrysallis AFMT.