viernes, 26 de diciembre de 2014

Frágil


     La última entrada del año en este blog ha llegado sola a través de varios acontecimientos de mi vida personal que quiero compartir. Además aprovecho para desearos unos días tranquilos y energía para afrontar los retos del próximo año.

     La semana pasada tuve una noticia importante que cierra una etapa de mi vida: tras superar el último examen, soy licenciado en Derecho.

     En su día esa fue la carrera que elegí tras hacer la selectividad, con la inocente idea de "quiero resultar útil a esta sociedad". Poco a poco me fui decepcionando y teniendo superada más de la mitad, la abandoné para estudiar Trabajo Social. Disgusto familiar de por medio.

     Pasados los años y con trabajo estable decidí terminarla y hoy, diecisiete años después de haberla comenzado, doy carpetazo a este engorroso asunto. ¡Por fin!

     Cada experiencia de la vida deja algún tipo de huella en nosotros, nos transforma, forja nuestro aprendizaje y nos impulsa hacia adelante. En estos años he aprendido varias cosas, pero supongo que sólo he sido consciente en estos días.

     Un regalo que me envían ha terminado por completar el puzzle. En la caja pone frágil y pienso que es muy simbólico porque las personas muchas veces sentimos esa fragilidad que no siempre es real. Ocurre con los objetos igual que con las personas, en casa de mi madre se conservan íntegras piezas que nunca nos dejó tocar por miedo a que se rompiesen y sospecho que en realidad nunca se romperán.

     Sí, yo pienso que nuestra fragilidad es tan sólo aparente, tenemos capacidad para superar muchas dificultades y para sobrevivir al dolor. Estamos programados para ello, hay que confiar en las personas, en todas las personas. Y si no nos sentimos capaces, vivimos en sociedad para poder suplir nuestras debilidades con el apoyo de los demás.

     Todo esto me ha llevado a hacer un análisis típico de final de año, momento en que nos da por recordar y planificar. Os lo voy a trasladar muy resumido y aprovecho para proponeros que hagáis lo mismo, un ejercicio de reconocimiento personal, una forma de aproximarnos a un autoconcepto más ajustado a  nuestra realidad y a nuestras potencialidades. Lo he llamado "SOY FRÁGIL" pero no os dejéis engañar, os invito a descubrir en qué aspectos no somos frágiles y por qué.


     A veces me siento frágil ante un esfuerzo insignificante que se convierte en un reto insuperable, cuando tengo demasiadas cosas pendientes y me invade la pereza, cuando la angustia o la ansiedad se apoderan de mí. Pero he aprendido que tengo fortalezas para afrontar los retos del día a día, que no me gusta dejar nada a medias, que cuando comienzo algo un impulso más fuerte que mi voluntad me lleva a terminarlo, que las cosas que más cuestan son las que más valoramos, y que si yo puedo, cualquiera puede. Me comprometo a confiar más, a no tener prisa y dejar que el tiempo organice prioridades.


Y este era mi regalo... poco más que añadir, el principito se explica por sí mismo: "Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible a los ojos". 

Os animo a dejaros llevar por el instinto, a veces es lo más saludable y lo más inteligente.



P.D. Un amigo me ha dicho que mi obsesión por ordenar los libros por tamaños seguramente sea un trastorno patológico, no le quito razón pero... ¿de qué otro modo puede hacerse?

lunes, 8 de diciembre de 2014

Serovisibilidad



      Quizá no debería titular esta entrada con una palabra que no existe, SEROVISIBILIDAD, pero me viene muy bien para lo que quiero explicar: la visibilidad de las personas seropositivas. En 1981 se diagnosticó el primer caso de SIDA en Estados Unidos, la semana pasada celebramos el Día Internacional de la Lucha contra el SIDA ¿por qué treinta y tres años después del primer diagnóstico las personas seropositivas siguen sin ser visibles?

      Muchas son las luchas históricas que me vienen a la mente de colectivos minoritarios discriminados por el resto de la colectividad social. A veces no son tan minoritarios pero por algún motivo se encuentran en situación de desventaja social: mujeres, negros, homosexuales... En ocasiones parece que la batalla nunca se gana del todo, pero si no se lucha, entonces está perdida de antemano. 

      Se pueden hacer muchos análisis sobre los factores que han hecho que estas luchas históricas avancen hacia el éxito, pero me voy a centrar sólo en uno: la visibilidad. En esto existen diferencias evidentes en los ejemplos propuestos: las mujeres y los negros no pueden ocultar que lo son, son visibles sin pretenderlo. Parece algo evidente y de hecho lo es, pero es importante resaltarlo. Sin quitarle mérito al asunto, no hace falta valentía para ser negro o mujer y ser visible, no te queda otra, se te ve de lejos. Es una ventaja y una desventaja, al mismo tiempo. Una persona homosexual puede intentar ocultarlo, teniendo que enfrentarse al momento de dar el paso de ser visible, pero también puede que nunca lo haga.

      La decisión de hacerse visible va a depender de las ventajas y perjuicios que uno obtenga con este hecho. Lo mismo ocurre con la serovisibilidad, que es lo que hoy me interesa. Hablar del estado serológico, después de más de treinta años de lucha, sigue implicando más inconvenientes que ventajas. Ocultarlo tampoco es fácil, hay que crear un mundo de mentiras alrededor que afecta en la esfera psicológica. No es fácil ocultar las consultas médicas, las pastillas que hay que tomar, los efectos de la infección, la lipoatrofia... teniendo que sufrir ansiedad ante conversaciones incómodas con amigos, compañeros de trabajo, conocidos e incluso familia.

      Soy consciente de que la serovisibilidad es difícil, que dar el paso es muy duro, pero tengo la convicción personal de que hacerlo es absolutamente necesario para acabar con el estigma. Y no es suficiente con que lo hagan unos pocos, con que den la cara los de siempre, es necesario visibilizarse en el entorno inmediato, en la familia, en el trabajo, en el vecindario, en la comunidad.

      Los homosexuales lo hicieron, hubo un momento en que decidieron dejar de esconderse y sufrieron las consecuencias. Hoy, nos hemos olvidado un poco, desagradecidos que disfrutamos de las ventajas de no tener que escondernos, ingratos que decidimos simplemente ser personas, pero se partieron la cara por nosotros y la historia debería rendirles homenaje. Perder el miedo y asumir las consecuencias en aras de un futuro sin armarios fue la clave para llegar al punto en el que hoy nos encontramos. Seguimos con batallas por ganar, pero son más puntuales y menos sangrientas, y además somos muchos quienes hemos decidido perder el miedo.

      Hacerse visible es una cuestión absolutamente personal, experiencias hay de todo tipo y para hacerlo hay que estar preparado y ser muy consciente de las consecuencias. En ese sentido os recomiendo que leáis la entrevista a María José Fuster (enlace), presidenta de Seisida, una mujer valiente, luchadora y comprometida. Un ejemplo.

      El movimiento antisida necesita de más personas dando la cara, necesita liderazgos y quizá hoy más que nunca, es el momento. ¿Por qué es importante que una persona seropositiva se haga visible?
   
      Voy a dar SIETE RAZONES, número mágico, pero seguro que existen muchas más:

1. Aquello que no se ve, no existe. La gente necesita poner cara a las situaciones, necesita verlo cerca para creérselo, hacen falta historias personales para poder empatizar.

2. Las personas necesitan espejos en los que mirarse. Que existan referentes hace que quien pasa por la misma situación se sienta identificado, experimente mayor tranquilidad o incluso se anime a hacerlo también.

3. Visibilizarse facilita la aceptación de uno mismo: dejar de vivir una doble vida puede ayudar a sentirse mejor, a liberarse de la carga, mejorando el autoconcepto y la autoestima.

4. Ser visible es ser valiente: esto es una realidad y hay que tenerlo en cuenta, también hay que valorar si la persona está en situación de dar este paso, si sus condiciones personales, sociales, laborales, son favorables. Se trata de ser valiente, no de ser temerario.

5. Las personas visibles contribuyen a acabar con el estigma: esta es una razón fundamental para dar el paso, pero para ello hay que sentir un gran compromiso social, mirar más allá de uno mismo, tener ganas de mejorar la sociedad de la que se forma parte.

6. El  movimiento antisida necesita liderazgos serovisibles: después de tantos años hemos avanzado poco en esta estrategia imprescindible, necesitamos demostrar a las autoridades que cercenan derechos de ciudadanía que quien sufre el estigma está dispuesto a pararles los pies. Las personas afectadas tienen una mayor legitimidad y suyo debería ser el protagonismo, el resto debemos acompañarles en las reivindicaciones para aumentar su fuerza.

7. Es una cuestión de justicia: no parece justo que el peso de la responsabilidad de la lucha en contra del rechazo que aún se sufre, recaiga en unos pocos valientes, que son quienes se llevan todos los golpes.


Ganaremos la batalla cuando pasemos de la cero visibilidad a la serovisibilidad

lunes, 1 de diciembre de 2014

Día Internacional de la Lucha contra el Sida 2014


Este año me uno a la Campaña de Sensibilización #HazloSeguro #CloseTheGap #WAIDSd14 #WeLoveCondom 
      
      En octubre de 2002 comenzó mi colaboración con el Comité Antisida de Zamora y mi vida, así como mi concepción del mundo, cambió para siempre. Como cada uno de diciembre quiero transmitir desde aquí a mis compañeras y compañeros todo mi respeto y mi admiración. Además estamos de celebración, cumplimos 20 años de existencia y aunque el movimiento antisida no pasa por su mejor momento, tenemos fuerza y ganas para seguir haciendo visible nuestra lucha. Por quienes estamos y por quienes ya no lo pueden hacer.


      En esta ocasión quiero compartir algunos datos y reflexiones sobre una pandemia que ya ha generado demasiado sufrimiento. Mientras la ciencia no encuentre una vacuna y una cura definitiva, tres son las ESTRATEGIAS necesarias para acabar con el vih: 

1. Promoción de la Salud Sexual.
2. Detección precoz del vih.
3. Acceso universal a los tratamientos.

      No lo digo yo, es el planteamiento de ONUSIDA, que tiene el ambicioso objetivo de llegar a 2020 con cero transmisiones por vih. ¿Es esto posible? Por supuesto que sí, pero hace falta que las tres estrategias citadas se implementen en todo el mundo. Y la siguiente pregunta es ¿qué tal  lo estamos haciendo en España? La respuesta es breve: mal, muy mal. Haré un breve análisis de las tres estrategias. 

      La promoción de la Salud Sexual pasa, entre otras cosas, por invertir esfuerzos en medicina preventiva e implementar una adecuada Educación Sexual adaptada a las diferentes etapas evolutivas. Nada de esto se está haciendo, ya que la inversión en prevención no tiene resultados visibles inmediatos, habiendo sufrido recortes brutales.

      La detección precoz del vih pasa por promover la realización de la prueba siempre que se hayan tenido prácticas de riesgo y siempre que se tenga una vida sexual activa. Y la pregunta es ¿quién no tiene una vida sexual activa? Desde algunos sectores se promueve la generalización de la prueba a toda la población a través del médico/a de familia. Yo estoy con esta posibilidad, pero la realidad está muy lejos de ser así.

      Respecto al acceso universal al tratamiento estamos mejor, pero debido a los recortes sanitarios, algunas personas tienen graves dificultades para acceder a medicamentos para tratar enfermedades asociadas al vih, lo cual empeora la calidad de vida de las personas seropositivas que se encuentran en esta situación. 

      En mayor o menor medida fallamos en las tres estrategias. ¿Y por qué es tan importante trabajar en cambiar la situación? Pues porque podemos afirmar que el fin del vih estaría muy cerca si mejorásemos en estos tres aspectos. Está demostrado que una persona seropositiva cuya carga viral es indetectable no puede transmitir el vih (si tienes dudas sobre esta cuestión te recomiendo que leas lo que nos cuenta el psicólogo Gabriel J. Martín). Para que la carga viral sea indetectable es necesario tener acceso al tratamiento antirretroviral y mantener una buena adherencia al mismo. Para completar el cuadro es necesario acabar con los diagnósticos tardíos, pues alrededor de un 30% de las personas seropositivas en España no saben que lo son, y por lo tanto, son quienes pueden transmitir la infección. 

      Unir estos datos y llegar a conclusiones es fácil: si todas las personas con vih son diagnosticadas y acceden al tratamiento, manteniendo una buena adherencia, se acabarán las nuevas infecciones, pues una persona indetectable, no transmite, y punto. ¿A qué estamos esperando?

      Esta tarde tenemos varios actos en la calle. En el Comité Antisida de Zamora no nos cansamos de reivindicar las mejoras necesarias y de trabajar para mejorar nuestro entorno. Os lo contaré.

P.D. Si quieres puedes leer las entradas respecto a este día de 2013 y de 2012. Siguen de total actualidad. ¡Gracias!

jueves, 20 de noviembre de 2014

Necesidades humanas II: vergüenza y humillación frente a dignidad y derechos


      La semana pasada iniciaba un camino de reflexión sobre necesidades humanas con esta entrada. Hoy quiero avanzar un poco más y centrar la atención en la importancia de aprender a valorar necesidades cuando tenemos que intervenir con una persona/familia desde el Trabajo Social. Y me parece más importante en estos tiempos de crisis y carencias, situación que nos hace trabajar a un ritmo que no nos permite reflexionar demasiado. La situación de urgencia nos lleva a buscar recursos para cubrir las necesidades básicas (clásico binomio necesidad-recurso), dejando a un lado la atención al sufrimiento de las personas, olvidando, en definitiva,  la calidad en la atención, lo que marca la diferencia con simples gestores/tramitadores de recursos.

      En futuras entradas quiero hablar de la RELACIÓN DE AYUDA, que es básica en nuestra profesión, aunque la realicemos desde distintos parámetros o modelos teóricos de intervención social. Y para que esa relación de ayuda sea adecuada y eficaz, necesitamos hacer un diagnóstico social lo más preciso posible.
  

      Como mi intención con este blog no es tanto exponer teoría como hablar de la práctica, pondré algunos ejemplos y expondré algunas ideas a las que llevo dando vueltas desde hace tiempo. Y comenzaré con el siguiente texto que me sirve de excusa.


Parábola del fariseo y el publicano

   Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: "Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, diezmo de todo lo que gano". Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: "Dios, sé propicio a mí, pecador". Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro, porque cualquiera que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

                                                                                                      Lucas 18, 9-14

      Cada vez con más frecuencia vemos en Servicios Sociales personas que sienten vergüenza. A veces nos lo dicen, otras se les nota, la mayor parte intentan ocultarla, como si también les diera vergüenza sentir vergüenza. Como profesionales de la intervención social tenemos dos vías para mitigar este sentimiento: la atención individual con las herramientas propias de la relación de ayuda, por un lado, y al mismo tiempo, la reivindicación de los Servicios Sociales como un derecho universal. Nadie debería sentir vergüenza, pero si ocurre, como es frecuente, debemos aprender a manejar ese sentimiento para generar confianza.

      Y aún me preocupa más otra situación que también me estoy encontrando: la humillación. Cada cierto tiempo algún usuario muestra una actitud de súplica, de ruego, algo parecido a la sumisión... en definitiva, humillación frente al profesional, como si creyeran que esa actitud es la que se espera de ellos, o como si pudiera beneficiarles de algún modo. Me hace sentir muy incómodo, en ese momento tengo la sensación de que hay algo que no estoy haciendo bien. Es la ocasión para desplegar nuestras habilidades educativas, una función que también tenemos quienes nos dedicamos al Trabajo Social, para que comprendan que lo que están haciendo es reclamar sus derechos, que no están pidiendo limosna.

      Por este segundo caso es por lo que he expuesto la parábola bíblica del fariseo y el publicano, que promueve la sumisión y la humillación para lograr la recompensa final. Parece que esa idea sigue existiendo en nuestros días y es momento de promover cambios, de explicar a la gente que frente a la vergüenza y la humillación, el acceso a los Servicios Sociales debe entenderse como un derecho a ejercer con la máxima dignidad.

      Para terminar con el tema de necesidades humanas, de momento, os dejo unas notas que intento tener en cuenta en mi trabajo diario.

BREVES CONCLUSIONES:

1. Las personas necesitan más que cubrir sus necesidades fisiológicas. Esas otras necesidades, emocionales y sociales, deben ser cubiertas al mismo tiempo que las primeras, algo que no podemos perder de vista en nuestra intervención, de ahí mi crítica a la pirámide de Maslow en la anterior entrada. Las personas necesitan ser reconocidas en todas sus dimensiones.

2. Cada individuo tiene una vivencia personal de sus necesidades, eso nos lleva a que la valoración y la atención han de ser absolutamente adaptadas a cada persona/familia. Podemos utilizar instrumentos de evaluación y diagnóstico pero estos deben ayudarnos a flexibilizar la intervención.

3. El contexto social es determinante en el modo en que se vivencian las situaciones de dificultad. No podemos olvidarnos de la situación de crisis económica, a lo que se añade una preocupante pérdida de confianza en las instituciones y en el propio Estado. Nos encontramos cada vez más personas que lo tuvieron todo y que todo lo han perdido.

4. El factor tiempo también cuenta. Sostener un vaso de agua en una mano con el brazo extendido es sencillo durante unos segundos, pero si probamos a tenerlo durante más tiempo, minutos, horas, acabará pesando mucho y resultará una tarea imposible. Cuanto más tarden las personas en acceder a los Servicios Sociales mayor  será su  sufrimiento y angustia, debemos estar preparados para hacer una acogida adecuada.

5. Las personas necesitan confiar y sentir que están en entornos seguros. Ahí es donde tenemos que demostrar nuestras habilidades de relación de ayuda y cuidar no sólo hacer las cosas bien sino transmitirle esa seguridad al usuario, que sepa que todo lo que hacemos es confidencial, que nuestro papel no es controlar sino acompañarle en su proceso, etc.

6. No debemos perder nunca de vista la DIMENSIÓN SOCIAL, porque es nuestra principal competencia técnica, la que más podemos reivindicar como trabajadores sociales. En tiempos de recursos escasos y de recortes presupuestarios, podemos y debemos trabajar en esa dimensión social ¿cómo? potenciando los recursos del propio entorno de la persona, su familia, sus amistades, personas significativas, estableciendo contactos en la comunidad a la que pertenece y haciendo una labor de mediación con sus propias redes.

P.D. Cuando estaba terminando esta entrada, una compañera del País Vasco, Izaskun Ormaetxea, contactó conmigo para hacerme llegar herramientas muy útiles en valoración de necesidades. Como tengo intención de retomar el tema del DIAGNÓSTICO SOCIAL en el futuro, os hablaré de estas herramientas, con su permiso. 
      ¡Muchas gracias!

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Necesidades humanas I: hambre, corrupción y otras minucias

"Es cierto que el hombre vive solamente para el pan, cuando no hay pan. Pero ¿qué ocurre con los deseos del hombre cuando hay un montón de pan y cuando tiene la tripa llena crónicamente".
Adam Maslow.


      Desde hace tiempo tengo ganas de hablar de necesidades, de las reales, de las que cualquier profesional de Servicios sociales vemos a diario, es más, las que cualquier ciudadano de este bendito país ve todos los días. 

      En los estudios de ciencias sociales siempre nos hablan de la clasificación de necesidades de Maslow. Un clásico. Lo más interesante de su teoría son los cinco niveles de la clasificación (necesidades fisiológicas, seguridad, etc.) y la afirmación de que para satisfacer las necesidades de un escalón superior es imprescindible tener cubiertas las de niveles inferiores, con algunas excepciones. Para entendernos, que si alguien tiene hambre, no se va a preocupar de la seguridad, la aceptación o la autorrealización.

      Ya va siendo hora de hacer una revisión seria de esta teoría. No seré yo quien la haga, pues no tengo la competencia para ello, pero sí me parece importante apuntar algunas claves para hacerlo, basándome en mi experiencia práctica en los Servicios Sociales Básicos en tiempos de crisis. Actualizaciones de esta teoría ha habido muchas, pero me gustaría conocer alguna desde el Trabajo Social y adaptada a nuestros días. Como dice la compañera Belén, necesitamos crear conocimiento desde nuestra disciplina.

      El contexto social en el que las personas viven en su presente y en el que han vivido en su pasado, más o menos inmediato, es un factor fundamental a tener en cuenta para valorar cómo sienten sus necesidades propias y cuáles son sus prioridades.

      A los Servicios Sociales está llegando gente, en los últimos años, que nunca imaginaron que necesitarían ayuda. De hecho, por más que nos cansemos de repetir que los Servicios Sociales tienen carácter universal y prestan apoyo a cualquier tipo de persona, no nos lo hemos debido creer del todo dentro del propio sistema, porque son habituales las conversaciones entre compañeros y compañeras, profesionales de lo nuestro, en que seguimos mostrando sorpresa por ver tanta gente normalizada acudiendo a nuestro servicio.

      De vez en cuando sería muy recomendable que hiciéramos el ejercicio de imaginar que lo perdemos todo. El caso paradigmático es un desahucio, sobre esto he escrito en varias ocasiones en el blog. Imagina que pierdes tu casa, con toda tu vida y todos tus recuerdos dentro, es mucho más que lo material, mucho más que un techo bajo el que cobijarse, mucho más de lo humanamente soportable.

      Considero que es importante que nos hagamos un serio replanteamiento de las necesidades  humanas, para creernos de una vez por todas que los Servicios Sociales han de ser un sistema de acceso universal. Cuando llegan a nosotros personas que  han tenido un buen nivel de vida, que han tenido siempre la seguridad de una vivienda, un trabajo, estabilidad económica, y se encuentran que lo están perdiendo todo, no podemos pensar únicamente que han de cubrir sus necesidades básicas. Sí, necesitan comer, pero no dejan de sufrir por todo lo demás que también han perdido (seguridad, autoestima, relaciones sociales). Y desde luego no necesitan nuestro juicio ni nuestra compasión, actitudes demasiado habituales en profesionales sobrecargados y quemados.

      Estas personas están llegando a los Servicios Sociales en un contexto de escándalos diarios de corrupción. Y vienen porque no llegan a fin de mes, porque no tienen dinero para comer, para pagar la luz, para el material escolar de sus hijos, para pagar las deudas que acabarán creciendo tanto que se verán en la calle. Y se preguntan por qué determinadas élites políticas y empresariales, a pesar de tener todas sus necesidades cubiertas, necesitan robar para tener más. Yo también me lo pregunto.


      En la próxima entrada continuaré con las necesidades humanas que nos encontramos en Servicios Sociales. Y alguna cosa más. ¡Hasta la próxima!

martes, 28 de octubre de 2014

Adopción LGTB

      El año 2005 fue un año muy importante para las personas con una orientación afectiva no heterosexual en España: la igualdad de la que siempre debimos disfrutar era reconocida, por fin, en las leyes. Tuvieron que pasar siete años para que el Tribunal Constitucional resolviese el recurso de la vergüenza, interpuesto por el Partido Popular, y ratificase que el matrimonio igualitario no tiene nada de inconstitucional.

      La igualdad normativa, como suele ocurrir, no se transforma inmediatamente en igualdad real. En otras ocasiones he hablado de estos temas así que hoy me centraré en un aspecto concreto de esta desigualdad: el derecho de los menores a disfrutar de una familia adoptiva adecuada en la que recibir cariño, educación y la cobertura de todas sus necesidades, independientemente del tipo de familia. En el caso de parejas del mismo sexo la adopción es casi imposible y esto, como digo, influye en los derechos de la infancia. El motivo es muy simple, fácil de entender por cualquiera, incluso por un presidente de gobierno mediocre: cuantas más familias haya para elegir, más posibilidades existen de seleccionar la mejor para el menor.
      Se suele recurrir al argumento fácil de que la adopción por parte de parejas homosexuales es un capricho de los adoptantes y que lo importante es pensar en el superior interés del menor. ¿Qué diferencia hay con las parejas heterosexuales? ¿lo de ellas y ellos no es un capricho? En cualquier tipo de familia lo fundamental es el menor susceptible de adopción, eso nadie lo discute, así que cuantas más familias dispuestas a adoptar existan, más protegido estará el derecho de estos menores. Me cuesta entender que esto sea tan difícil de entender ¿me entiendes o no? ¡qué lata siempre con lo mismo!

      La principal dificultad para garantizar este derecho, insisto, de los menores, es que en España no es fácil adoptar y por eso se recurre a la adopción internacional y la normativa de otros países no es tan avanzada como la nuestra, primer país del mundo en reconocernos el derecho a la adopción. Además, las leyes necesitan un desarrollo posterior, siendo necesario que nuestros gobernantes establezcan los mecanismos para garantizar que esos derechos no se quedan en papel mojado por la existencia de otro tipo de obstáculos.

      Pero claro, a veces son estos gobernantes quienes trabajan en poner mayores trabas. No es una noticia nueva, pero no había tenido oportunidad de comentarla en el blog así que aprovecho esta ocasión para hacerlo: en el mes de julio España firmó con Rusia un convenio sobre adopción que excluye a las parejas homosexuales. La noticia tuvo cierta repercusión, pero como todo, ha caído en el olvido. Me gustaría decir que este no es un convenio excepcional y que en este tema los dos grandes partidos de nuestro país están en la misma línea, pues el partido socialista ha votado a favor de este convenio el 11 de septiembre, día de su aprobación definitiva en el Congreso. El PSOE ya no puede llevar la bandera de ser el partido que nos igualó en derechos, ha perdido esa legitimidad y es cómplice del Partido Popular al legislar en contra de la igualdad de derechos. Que no haya miedo a decir esto, ya no le debemos nada a nadie.

Cho-li no debería faltar en ningún hogar
      Espero volver a este tema en el futuro y ojalá con mejores noticias que analizar. De momento aprovecho la ocasión para recordar que la educación no sexista y no heteronormativa es fundamental para evitar cualquier tipo de rechazo. Y por eso os recomiendo un libro muy especial, "Cho-li y el tesoro más valioso del mundo" del compañero Óscar Cebolla, que debería estar en manos de cualquier madre o padre que quiera para sus hij@s un mundo igualitario y justo ¡es una pequeña joya!

jueves, 16 de octubre de 2014

Los Servicios Sociales hoy: ¡un auténtico polvorín!


Peñaranda de Bte en 1939 tras la explosión del polvorín.
      
      El 9 de julio de 1939 un terrible suceso conmociona a toda España. A las once y veinte de la mañana, cuando muchos de sus habitantes se preparan para ir a misa de doce, Peñaranda de Bracamonte salta por los aires. Un polvorín, donde se almacenaba gran cantidad de explosivos, estalla cerca de la estación de ferrocarril al paso de un tren cargado de amonal, un explosivo altamente inestable. No hay cifras oficiales de muertos, pero el Ayuntamiento calculó más de un centenar, con más de mil quinientos heridos. Gran parte de Peñaranda queda destruida, incluyendo el hospital local, por lo que es necesario evacuar a los heridos.

      Se inicia entonces un largo proceso de ayuda a los afectados y de reconstrucción del municipio. La Plaza Nueva, donde actualmente se encuentra el Centro de Servicios Sociales en el que desarrollo mi trabajo diario, es símbolo de la reconstrucción de Peñaranda por prisioneros de guerra del franquismo. Pasan los años pero conviene no olvidar la historia.

      Un gobierno que toma decisiones sin escuchar, en línea con la tradición de tiempos pasados, se ha marcado como objetivo que los Servicios Sociales salten por los aires en su primera legislatura. ¿El polvorín? La ley que reforma la Administración Local aprobada el 27 de diciembre de 2013 y que implica un duro golpe a los Servicios Sociales Municipales, pero la estrategia es más compleja de lo que parece y varios factores colaboran para encender la mecha. Entre ellos destaca la perversa e intencionada vuelta a la beneficencia, a la solidaridad ciudadana, a la ayuda mutua o la caridad televisada, da igual el nombre, pues no es otra cosa que pérdida de derechos de ciudadanía. Suficiente amonal para que el Sistema Público de Servicios Sociales, que a duras penas se sostiene ya, reviente de forma definitiva. 

      De la reforma de la Administración local vamos teniendo noticias que en este momento no sé cómo interpretar, aunque parece que al gobierno le están poniendo muchas trabas en su aplicación. Las comunidades autónomas están sacando normativas propias en desarrollo de esta ley, en muchos casos yendo contra el espíritu de la misma en un intento de que la reforma no sea tan severa. Lo más llamativo es que hablamos de comunidades del mismo signo político que el gobierno. A todo esto se unen los recursos de inconstitucionalidad frente a la ley de 3000 ayuntamientos, ocho comunidades autónomas y 130 diputados. La aplicación de la ley que dinamita la autonomía municipal se pone cuesta arriba, para mí esto sí son brotes verdes.

      Respecto a la beneficencia y el auge del tercer sector os recomiendo la lectura de un artículo de Nacho Santás ¿Son cómplices las ONG del deterioro del Estado de Bienestar? tema sobre el que ya he hablado en este blog y que me preocupa especialmente (aquí). Y un dato escalofriante, el aportado por Sebastían Mora, secretario general de Cáritas, en el programa "El Objetivo" de La Sexta: "el 60% de las personas que atiende Cáritas vienen derivadas de Servicios Municipales". Teniendo en cuenta que la demanda en los Servicios Sociales ha aumentado en un 74% desde el inicio de la crisis, según datos aportados en el mismo programa por Ana Lima, presidenta del Consejo General de Trabajo Social, y que los recortes en política social han sido brutales, sólo hay que unir unos datos con otros para darnos cuenta del terrible panorama.

      Sí, desde los Servicios Sociales públicos estamos derivando muchos casos a las entidades de carácter social, pues poco más podemos hacer. Quién nos ha visto y quién nos ve, para eso hemos quedado.

Plaza Nueva, Peñaranda de Bte. Construida por prisioneros del franquismo.
      ¿Seremos capaces de reconstruir todo lo que estamos perdiendo? En 1939 se utilizó a las víctimas (prisioneros de guerra) para reconstruir Peñaranda ¿os recuerda esto a algo? 75 años después la estrategia sigue siendo la misma, el terreno se ha ido abonando de forma meticulosa y quienes sufren los efectos de una crisis intencionada son los responsables de buscar soluciones. Desde todas las instancias nos bombardean con mensajes que llevan a ese camino, mientras la desigualdad social aumenta de forma alarmante y el presidente de un gobierno que cada vez tiene menos de legítimo nos dice que debemos resolver nuestros propios problemas.

      Y en eso está la ciudadanía, repartiendo alimentos, pidiendo ropa usada, buscando vivienda para quien se queda en la calle y lamiéndonos las heridas provocadas por un polvorín del que no tenemos culpa. ¿Hasta cuándo lo vamos a seguir tolerando?

viernes, 5 de septiembre de 2014

El cubo de agua helada y esas gentes de bien

Stephen Hawking, científico, padece ELA


      Un cubo de agua helada, una causa solidaria, lanzarse retos y sobre todo, la fuerza viral de las redes sociales, son los ingredientes que han logrado que la campaña 'Ice Bucket Challenge' sea un éxito mundial cuyos límites aún desconocemos. 

      Vaya por delante que yo no lo he hecho, pero no por falta de ganas (¡me apunto a un bombardeo!) sino porque nadie me ha retado. Sin embargo, lo que está ocurriendo con este reto va aumentando mi indignación poco a poco. Y no es por la gente que buscando llamar la atención hace auténticas barbaridades, sobrepasa límites y pone en riesgo su integridad física. Ese tema no me interesa demasiado, cada cual que asuma su responsabilidad.

      Y de eso precisamente es de lo que quiero hablar, de asumir responsabilidades. Me parece fantástico que la gente se solidarice con las personas afectadas por ELA, así como cualquier otra causa por la que realmente merezca la pena mojarse, estoy convencido de que esta campaña y lo mucho que están recaudando, dará un vuelco a la investigación y a la atención de los enfermos de ELA. Es cierto que sería muy interesante que esta generosidad viral repercutiese en otras asociaciones de afectados, oenegés y movimientos sociales, pero quizá sirva para que unos y otros agudicen el ingenio buscando alternativas de financiación y desarrollo.

      Sin embargo algo de lo que está ocurriendo me tiene entre sorprendido y cabreado, aunque a veces me pregunto por qué me sorprendo. Cada vez son más los políticos que se están sumando a la causa y sin haberme mojado aún, me está sentando peor que un jarro de agua helada. Miguel Ángel Revilla, Antonio Miguel Carmona, José Antonio Monago y Teófila Martínez, entre otros, ya lo han hecho. Como veis, los hay de todos los colores, en esto no hay distinción, sus asesores deben haber estudiado cómo mejorar la imagen pública de sus asesorados en la misma escuela. Si es necesario echarse un cubo de agua fría por encima para que el pueblo vea que somos cercanos y solidarios, nos mojamos y aquí no ha pasado nada.

      El pasado fin de semana leía en la prensa local de Zamora que Fernando Martínez Maíllo, presidente por el Partido Popular de la Diputación de esta provincia, también lo ha hecho (podéis ver aquí la noticia y el vídeo). Para quien no lo sepa, este señor es Vicepresidente de la FEMP y calificó en su día la reforma de la administración local como "importante avance" y "bueno para el municipalismo", entre otras perlas.

      Hace dos entradas os hablaba del vértigo, pero esa sensación ya se queda corta, lo que empiezo a sentir es auténtica repulsión, por el descaro de nuestros representantes políticos, esas gentes de bien. Esas gentes solidarias, que se esfuerzan por el pueblo, que trabajan sin descanso sin ningún tipo de interés personal y que si hay que mojarse, se mojan. Los políticos, los que toman decisiones, los que mandan, los que se mojan. Esas gentes de bien.

      Ellos son los responsables de la desaparición de muchas asociaciones y oenegés por falta de apoyo público y por la manera en que dificultan su trabajo, son responsables de la pérdida de bienestar de la ciudadanía, de los recortes en Servicios Sociales, en Educación, en investigación, en Sanidad. Recortes en derechos y en aspectos muy importantes para los enfermos, entre ellos los afectados de ELA. ¿Y ahora se echan un cubo de agua fría por encima para vendernos su apoyo y su solidaridad? 

      Un poquito más de vergüenza, por favor. Si realmente quieren mostrar su solidaridad, que den marcha atrás a la reforma de la administración local que pone en peligro la continuidad de los Servicios Sociales tal y como hoy los conocemos, que dejen de decir que los problemas de los ciudadanos no los van a resolver las administraciones públicas, que dejen de lado las estrategias en las que intentan enfrentarnos a unos sectores de la población con otros para que nos olvidemos de ellos, que dejen de recortar derechos y libertades. Que ellos cumplan con su obligación y que dejen la solidaridad en manos de los ciudadanos, donde realmente sí hay muchas gentes de bien.

La moda ha llegado a todas partes.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Sandra Barneda y su NO salida del armario

   

      El emotivo y muy extendido discurso de Sandra Barneda en televisión termina con un mensaje a los homosexuales fuera del armario: "si estás orgulloso de ser quien eres ¿por qué marcas la diferencia?"
      Aunque soy consciente de que Sandra no va a leer esto, necesito decirle unas cuantas cosas, para aclarar conceptos que creo que no tiene claros. La diferencia no la marcamos nosotros, las personas homosexuales, las diferencias vienen de fuera. Son los otros quienes deciden que valemos menos o que merecemos su indiferencia, su rechazo o su odio. Y nos lo hacen saber cada día. Reivindicar mi diferencia me ayuda a afirmarme en lo que soy, en lo que siento, me ayuda a aceptarme, a valorarme, a respetarme y a quererme más. Y al mismo tiempo eso hace que me enfrente con la cabeza bien alta a quienes ven esa diferencia como algo aberrante y antinatural, porque esa diferencia no me avergüenza.
      Lo que has hecho, Sandra, es muy antiguo. Hace unos años habría tenido valor, pedir respeto para tu intimidad y tu libertad, pero hoy es un retroceso. Reniegas de los lobbys, no quieres etiquetas. Lo tuyo es pura contradicción, Sandra. Si no te gustan las etiquetas no te las pongas, porque a renglón seguido afirmas sentirte muy orgullosa de ser mujer, lo cual no es más que otra etiqueta ¿por qué marcas la diferencia? 
      La etiqueta de maricón, de travelo y de bollera nos ha hecho sufrir mucho pero han sido quienes no lo han ocultado los que han logrado que tú hoy puedas casarte y ser una ciudadana con los mismos derechos que el resto. Y quienes han luchado desde lo que tú, con desprecio, llamas lobby, son personas comprometidas que se han asociado y han arriesgado mucho para luchar por todos nosotros. Y han logrado un país más libre, donde disfrutamos de los mismos derechos, a pesar de la diferencia que muchos se empeñan en recordarnos con esas "miradas y acosos silenciosos" como tú dices. Veo que no aprendiste nada de Pedro Zerolo, al que entrevistaste en tu programa hace unas semanas.
      Dices que la condición sexual es un asunto privado. En eso te equivocas, Sandra, ¿te imaginas a alguna persona heterosexual recitando tu discurso? ¿crees que tendría sentido? Sé sincera, lo dices porque eres lesbiana, no tengas miedo a la palabra. Porque la orientación sexual sólo es privada cuando no es la mayoritaria, sólo es privada porque es la nuestra, la que marca la diferencia. Los heterosexuales no lo ocultan porque nadie les ha dicho que deban hacerlo, nadie les ha enseñado a avergonzarse de ello, no tienen miedo. Lo privado es con quién te acuestas, cuántas veces y en qué posturas, pero la orientación sexual no es un asunto privado. O no debería serlo.
      Una cosa hay que dejar clara, a nadie se le obliga a salir del armario, porque hacerlo no es fácil. Pero si alguien decide no ser visible, por favor, que no lo justifique en que es un asunto privado, que no diga que está harta de etiquetas, que no diga que es un asunto entre dos, porque no lo es. Mientras sigamos sufriendo rechazo, mientras seamos objeto del odio, mientras nos amenacen y nos agredan, la orientación sexual no es un asunto de dos. No quites valor a quien ha sufrido dentro del armario y ha tenido el coraje de salir para seguir recibiendo palos. Si alguien se mantiene en el armario es por obligación, por miedo, por inseguridad, por incapacidad para vivir esa diferencia sin mirar hacia los lados por si alguien le descubre y le señala. Sobre armarios te recomiendo que leas a Toño Abad, que hace un análisis muy lúcido de lo que te pasa: estás orgullosa de esconderte.
      Sí, estás recibiendo muchas alabanzas y también muchas críticas y seguro que dar este paso te ha costado mucho para ahora encontrarte con que a muchos no nos ha gustado nada. Sé que lo has pasado mal y me duele porque compartimos la misma mochila: descubrir, siendo aún muy niños, que no sentíamos como los demás. Hemos tenido que pasar un proceso de aceptación personal nada fácil y luego hemos tenido que enfrentarnos a un mundo hecho por y para heterosexuales. Pero sinceramente, lo que has hecho no ayuda nada, te podrías haber quedado como estabas. ¿Pedir respeto para seguir en el armario? ¿qué invento es este? Y encima hablas de sociedad moderna... Sandra, tú vives en otro planeta. Una sociedad moderna no es la que nos vuelve a encerrar en los armarios.
      De todas formas estás a tiempo de rectificar y aprender, aún te queda un camino por recorrer en tu proceso de aceptación, a todos nos falta mucho, a mí también. Eres una mujer con proyección pública, que seas visible puede ayudar mucho a normalizar nuestra situación, aún necesitamos gente valiente que salga en los medios y no tenga miedo a ser como es. Si decides hacerlo te diré ¡gracias! Mientras tanto, no te preocupes, lo más importante es que muchas personas estamos muy dispuestas a ser visibles en nuestro entorno, eso también ayuda, ya lo hacemos nosotros por ti, desde abajo, para que tú puedas seguir en el armario. No hace falta que nos des las gracias.
      Si quieres saber un poquito más sobre eso de las etiquetas, te recomiendo que leas a Raúl Solís. Y si quieres conocer las cosas que pasan cuando das la cara y luchas para que la diferencia no nos marque eternamente, te cuento mi historia en esta entrada. Y sobre el armario, te recomiendo que leas al escritor Javier Martínez: "Lesbiana, la palabra prohibida", un artículo directo y claro, muy recomendable.
      Ojalá un día la orientación sexual de cada cual importe poco o nada, pero ese mundo ideal aún no ha llegado. Algunas personas, parece, aún no se han enterado.

viernes, 22 de agosto de 2014

Vértigo

     Esa sensación en el estómago cuando te subes por primera vez a la lanzadera, te tiras en paracaídas, te asomas desde lo alto de la torre Eiffel o cuando un turista atrevido se sienta en el borde del Preikestolen en los fiordos noruegos, con las piernas colgadas desafiando la ley de la gravedad. Esa opresión en el estómago, entre desagradable y adictiva para algunas personas, es el vértigo. A veces lo buscamos, otras muchas huimos de él, pero en ocasiones se presenta sin avisar aunque tengamos los pies en suelo firme.

     Y vértigo, o algo muy parecido, es lo que yo siento ante noticias o declaraciones a las que no prestamos atención porque el verano pasa por encima de ellas minimizando su importancia. Buscamos entretenimientos que nos alejen de la rutina a la que tendremos que hacer frente los próximos meses y no nos paramos a reflexionar lo suficiente.

     Me gustaría saber qué pasa por la mente de algunas de las personas que nos desgobiernan, aunque sólo el hecho de entrar en su cabeza me produce vértigo. Una de las perlas de este verano la ha soltado por su boca el presidente del gobierno, animando a la gente a que actúe "sin esperar que sus problemas se los vengan a resolver las administraciones públicas". Y se ha debido de quedar tan a gusto, el tío. No sé con qué tipo de gente se relaciona este señor, pero dudo mucho que a estas alturas de la película la ciudadanía espere que sean las administraciones públicas las que solucionen sus problemas. La gente que yo conozco no espera ningún tipo de apoyo público pero sí piden que al menos no les fastidien más. Que no le suban más el recibo de la luz, que no les quiten más libertades, que no suban el IVA de productos básicos de alimentación o qué sé yo, que no les echen a la calle para darle su casa a un banco usurero, por poner sólo algunos ejemplos.

     A pesar de la situación actual, algunas personas que trabajamos en la administración pública, nos sentimos orgullosas de hacerlo, porque prestamos apoyos necesarios a la ciudadanía, que para eso paga sus impuestos y cumple con las leyes. Pero a este ritmo acabaremos desapareciendo más pronto que tarde porque la clase política considera que no somos necesarios, que es la gente la que tiene que resolver todos sus problemas. Luego dirán que no es una cuestión ideológica.

     También me han llamado la atención las declaraciones homofóbicas de la senadora Luz Elena Sanín, que atribuye la deuda pública actual a las subvenciones que el anterior presidente del gobierno concedía a asociaciones y oenegés, entre ellas a las de gays, lesbianas y transexuales. La manía de echar siempre la culpa a los inmigrantes, a las mujeres, a los homosexuales o a los rojos, es algo que deberían hacérselo mirar, yo he llegado a pensar que sea un trastorno psiquiátrico y con algo de medicación se pueda tratar. Que lo investiguen, por favor. Sea como sea, a mí me da vértigo.

     Y luego está lo de echar la culpa a los pobres, que es un recurso que nunca viene mal, de estos tenemos unos cuantos ejemplos, y con la noticia de moda al inicio del verano sobre desnutrición infantil y comedores escolares, nuestros representantes políticos se han lucido. Y al mismo tiempo que demostraban un desconocimiento absoluto de la realidad social y del funcionamiento de los sistemas de protección, han aprovechado para echarse un poquito de mierda los unos a los otros.

     En Castilla y León, cual prestidigitadores, se han sacado de la manga la Red Centinela para prevenir posibles situaciones de desnutrición infantil, pero como los magos no son tan buenos como deberían, se les ha visto el truco. Esta red ya existía, sólo han intentado reactivarla con más prisa que vergüenza y su única finalidad es detectar casos y derivarlos a los Servicios Sociales. Allá nos apañemos con niños y familias una vez nos lleguen a nosotros, que los de arriba ya se han lavado las manos. Vértigo, auténtico vértigo del malo.

Kjerag
     Menos mal que los Servicios Sociales siguen siendo ese cajón de sastre al que finalmente todo llega y es un sistema en el que trabajamos, entre otros muchos y buenos profesionales, trabajadores sociales, que además de gestionar los escasos recursos de que disponemos, nos dedicamos a potenciar la propia red de apoyo de las familias para que hagan frente a su situación con la mayor dignidad posible.
   
     Señor presidente, somos administración pública y no, no resolvemos los problemas de la gente, pero tampoco es eso lo que nos demandan. Quienes llegan a nosotros necesitan que se les escuche y se les apoye en su proceso vital, pero saben perfectamente que no tenemos la solución. Y aún así muchos agradecen tanto nuestro trabajo que tengo que reconocer que a veces, además de satisfacción, siento vértigo.


martes, 8 de julio de 2014

La perversa aplicación de la ley de dependencia

   En mitad de la partida nos han cambiado las reglas de juego y "eso no se vale" que diríamos de niños jugando en el patio del colegio. Ocurre también en el parchís, que te pones a jugar con un amigo dando por hecho las normas, porque para eso has jugado así toda la vida, y de pronto haces barrera con dos fichas fuera de casa y tu amigo quiere pasar. Cuando le dices que imposible, te dice la frase mágica: "en mi casa jugamos así". Y a ver quién le discute. Hay amistades que se han roto para siempre jugando al parchís. Parchís malo: ¡culo, culo!

        Eso nos ha pasado con la ley de dependencia, que ya no hay quien se aclare, porque nos han cambiado las normas en mitad de la partida, o porque nos han hecho jugar sabiendo que iban a hacer cambios sin informarnos previamente. Eso no se vale: ¡culo, culo! Y la estrategia, de hecho, sigue en marcha, pero no nos lo cuentan. A eso lo llamo yo ser unos tramposos, no veo inocencia ni buena intención por ningún lado.

        A las muchas modificaciones sufridas por la ley, se añadió en diciembre de 2013 un Real Decreto de ámbito nacional que motivó la necesaria adaptación de la normativa en cada Comunidad Autónoma, aquí la de Castilla y León. Me voy a centrar únicamente en lo que afecta a la Prestación Económica de Cuidados en el Entorno Familiar (PECEF), prestación especialmente maltratada y en riesgo de desaparecer a la vista de cómo están evolucionando los acontecimientos normativos.

      Bien, para poder acceder a esta prestación se añaden requisitos, el más llamativo es el de atención previa: exigencia de haber estado prestando la atención durante el año previo a solicitar la ayuda, con excepciones tasadas y justificadas. Tengo la sensación de que la finalidad de estos cambios es ir reduciendo tanto esta prestación que su presencia acabe siendo algo testimonial.

       Una de las excepciones a este requisito, en buena lógica, es que la dependencia haya sido sobrevenida, concediéndose en este caso la prestación. Sin embargo, por más que me estrujo el cráneo,  no encuentro el sentido de este requisito en ningún caso.

        Se darán situaciones paradógicas como la siguiente que se me ocurre a modo de ejemplo: una mujer dependiente está siendo cuidada en un Centro Residencial de titularidad municipal que debido en parte a la crisis económica y en parte a la reforma de la Administración Local echa el cierre. La familia busca otra residencia pero no encuentra ninguna que se adapte a su bolsillo y la prestación económica vinculada no llega para costear un centro privado. Hay un hijo que está desempleado (¡bendita crisis!) y se puede hacer cargo de su madre, pero no va a poder disfrutar de la PECEF porque no lleva atendiéndola un año. Nos han cambiado las normas y ahora a ver cómo le explicamos esto a las familias. Eso no se vale: ¡culo, culo!

        ¿Y por qué hablo en el título de la perversa aplicación de la ley de dependencia? Pues porque de manera encubierta este cambio normativo supone efectos retroactivos desfavorables. No les basta con poner mayores trabas a la concesión de nuevas ayudas, sino que dificultan las ya existentes o en trámite. A mí ya me han solicitado subsanar informes sociales para justificar en ellos si se cumplen estos nuevos requisitos, en solicitudes presentadas antes de la entrada en vigor de esta nueva normativa. Pero tranquilidad, es legal, lo tienen así previsto.

        Y  lo que realmente me apetece poner en estos informes es que sí, que el requisito de atención previa se cumple más que de sobra, pues la solicitud se cursó hace casi un año y aún no tienen resolución y además, yo ya justifiqué en mi informe, hace seis meses, que estaba siendo atendida de modo idóneo en su entorno familiar, por lo que bastaría con que echen cuentas y se lean los informes. Y os contaré un secreto: esto es, más o menos, lo que pongo.

       
        Hay una parte de todo esto que me resulta especialmente molesta: explicárselo a las familias y a las personas dependientes. Con tantos cambios  nos están trastornando y a veces me cuesta controlar mi indignación y explicar todo esto de forma pausada y profesional. Esto es una carrera de obstáculos en la que nos han cambiado las normas y eso no se vale: ¡culo, culo!

viernes, 27 de junio de 2014

Orgullo LGTB 2014

       El año pasado, en esta misma fecha, escribí una entrada titulada "Motivos para el ¿orgullo?" en la que hacía un poco de historia y reflexionaba sobre si hoy sigue siendo necesario conmemorar el día en que por primera vez la comunidad LGTB dijo basta de persecución, de humillación y de armarios. Este año tengo mucho más claro que sí, que existen motivos de sobra para mostrar orgullo por ser homosexual, porque este año he sido yo el que ha sufrido la homofobia como jamás habría imaginado. Mostrarnos un día al año es importante, porque de este modo nuestras reivindicaciones llegan a mucha gente, pero visibilizarnos a diario es fundamental para consolidar el cambio. En nuestro propio entorno está la clave.

        Hace unos meses Pedro Zerolo declaró que había comenzado una lucha titánica contra el cáncer, provocando reacciones de todo tipo, la mayoría positivas, pero hubo otras. Las declaraciones de un cura de León destacaron por encima de las demás, por la homofobia y el desprecio hacia la vida humana que destilaban sus palabras. 

        En esta entrada os conté la aventura de recogida de firmas en la que me embarqué para luchar por la dignidad de las personas con una orientación sexual distinta a la mayoritaria y por la dignidad de las personas que padecen enfermedades graves. El principal objetivo aún no se ha logrado, el Obispado de León sigue sin mostrar la valentía y coherencia necesarias para solucionar el problema, así que este señor sigue amparado en la Iglesia católica y disfruta de su complicidad en el desprecio que manifiesta hacia los derechos humanos más básicos.

        Cuando inicié la recogida de firmas, aún activa en change.org por si alguien quiere firmar, lo hice de forma instintiva, sin calibrar las consecuencias. La mayoría de reacciones fueron de apoyo, las firmas crecieron exponencialmente en muy poco tiempo y la prensa no tardó en interesarse por ello. Periódicos tradicionales, prensa digital, radio y televisión informaron de la recogida de firmas, llegando al ámbito nacional. Pronto el foco de atención llegó a mí, como creador de la petición, algo que yo no había previsto, al menos en la forma en que ocurrió.

        Los comentarios en las noticias de internet eran previsibles, pero los  mensajes directos a través de redes sociales, llamarme a mi casa y dedicarme programas casi íntegros, me sorprendieron más. Desearme la muerte y llamarme enfermo, animándome a ponerme en tratamiento, son sólo algunos ejemplos de las cosas bonitas que me desean y de los insultos recibidos. Al mismo tiempo se daba difusión de mi lugar de residencia y datos para facilitar mi localización en medios de extrema derecha. Aunque he preferido no darle importancia, he optado por contarlo ahora por si alguien que me lea piensa que ya no queda nada por lo que luchar.

        Sí, hay muchos motivos por los que luchar, hay países donde amar es delito y en algunos de ellos ser homosexual te puede llevar a la muerte como sanción penal. En la Europa de Putin, la homofobia se ha institucionalizado. Niños y adolescentes sufren acoso escolar en los colegios de nuestro país ante la sospecha de homosexualidad. Algunos derechos, reconocidos en España desde 2005, tenemos que pelearlos porque las personas encargadas de cumplirlos aún no conocen los procedimientos legales. Y como guinda de un suculento pastel, recibimos amenazas e insultos cuando intentamos decir "hasta aquí hemos llegado". En otras ocasiones llegan a la violencia física. Quieren que tengamos miedo, porque si nos acobardamos, los que nos odian aumentan su fuerza y entonces somos más fáciles de controlar.

        El diccionario de cultura homosexual, gay y lésbica "Para entendernos" de Alberto Mira define la HOMOFOBIA como "miedo a la homosexualidad que se manifiesta violentamente". Varias teorías indican las causas de este miedo irracional, desde el deseo homosexual reprimido que siente el individuo homofóbico hasta la necesidad de afirmarse frente al mundo mediante el rechazo al contrario, pasando por la defensa del territorio, la tradición, la demostración de quién tiene el poder.

        Para terminar me gustaría recordar que, por increíble que parezca, en España se siguen cometiendo crímenes como manifestación de odio homosexual. Esta parece la delirante razón de la tortura, muerte y desmembramiento del cadáver de un hombre desaparecido en mayo en Gandía. Os dejo el enlace con la noticia.

        ¿Motivos para el orgullo? Sí, muchos motivos para el orgullo, pero sobre todo, para seguir luchando por nuestra dignidad y el cumplimiento de los derechos humanos para las personas LGTB en cualquier parte del mundo.

        Un año más, y con más fuerza si cabe: ¡Feliz orgullo!


jueves, 19 de junio de 2014

Soledad en la tercera edad


        En los últimos años me suelo fijar en el goteo de noticias publicadas, habitualmente en prensa local, que informan de ancianos fallecidos en su domicilio. Son ancianos que mueren solos y que nadie se da cuenta de su ausencia hasta días, semanas e incluso meses después. En algunos casos han llegado a pasar años. Personas que mueren sin que nadie se entere, personas olvidadas por el mundo.

Cuando leo alguna noticia de este tipo algo se resquebraja en mi interior, una sensación de que las cosas no cuadran, la idea de que hay algo que esta sociedad no está haciendo bien. Imagino la vida de estos ancianos, su infancia, su juventud, sus años más felices, esos años olvidados en que la sangre corría por sus venas, las sonrisas eran un hecho cotidiano y sus miradas intensas. Algunos tuvieron pareja, hijos, trabajo, reconocimiento, amistades, gente que les quería, algo parecido a lo que cualquiera puede entender por una vida plena, o algo parecido a una vida digna, el caso es que nunca estuvieron solos y  nunca pensaron que morirían solos, sin que a nadie le importase. Quizá vivieron de forma muy diferente a como vivimos la mayoría hoy, quizá pasaron hambre, conocieron la guerra, sufrieron la miseria, la dictadura, la opresión y la injusticia, pero nunca, nunca jamás estuvieron  ni se sintieron solos. Y nunca jamás imaginaron un final tan triste, sin alguien agarrándoles la mano, alguien que les diga una palabra de afecto, alguien que escuche su último aliento y derrame una lágrima por la pérdida del ser amado.

          Quizá otras personas, al leer estas noticias, piensen que a ellas no les va a ocurrir, quizá yo que hoy escribo sobre ello quiera pensar lo mismo. Quién sabe, quizá sí nos ocurra.

          Tengo guardada una noticia del mes pasado que ofrece un retrato sobre esta situación en Galicia (enlace) y rompe con algunas ideas previas que yo tenía sobre el tema. En el artículo se explica que se dan muchos casos de este tipo en la zona rural, ámbito en el que yo trabajo y por eso me sorprendió tanto. ¿Cómo es posible que alguien muera en su casa y nadie le eche en falta durante días, semanas o meses? Los pueblos están muy envejecidos, multitud de ancianos viven solos, en muchas ocasiones me cuentan que se visitan a diario sólo para comprobar que siguen vivos. Dan unos golpecitos en la ventana, comprueban que han sobrevivido a un nuevo amanecer, se dan los buenos días y siguen con su rutina

          A pesar de las desventajas de vivir en un municipio pequeño y los cada vez más mermados apoyos para la zona rural, existen también beneficios de residir en este entorno, al menos según mi experiencia. Uno de ellos es el mayor conocimiento de los Servicios Sociales, el boca a boca funciona muy bien en los pueblos, y cuando existen dudas, los Ayuntamientos son el lugar de referencia donde preguntar y desde allí nos llaman a nosotros. La maquinaria está bien engrasada y funciona con pocos fallos. ¿Sobrevivirá el sistema a la reforma de la Administración Local? Aún está por ver.

          Si un día llego a leer en prensa que ha muerto un anciano sólo en su casa en alguno de los 23 municipios que llevamos en mi zona de acción social, y no ha sido encontrado hasta mucho tiempo después, no daría crédito a la noticia. Y ante la posibilidad de que esto pueda ocurrir, debemos seguir trabajando para que los Servicios Sociales seamos el medio de referencia, el lugar que conozca las situaciones de vulnerabilidad social (edad avanzada, soledad, enfermedad, dependencia), prestando los apoyos necesarios para minimizar sus efectos, con preferencia de atención diaria (Servicio de Ayuda a Domicilio) e incluso 24 horas al día (Teleasistencia), entre los demás servicios y prestaciones que dependen de los Servicios Sociales.




        No me gustaría acabar sin decir que esto sí es responsabilidad de todos. Una sociedad con valores se preocupa de sus ancianos, les visita, les escucha, aprende de su experiencia y les ofrece apoyo, devolviéndoles parte de lo mucho que ellos han dado antes. Una sociedad avanzada y con valores no permite que nadie muera sólo en su casa y el olor del cadáver descompuesto se encargue de avisar de su final. Una sociedad que no encuentra remedio para esto es una sociedad nauseabunda.

jueves, 22 de mayo de 2014

El rey Canuto y las elecciones al Parlamento europeo


        Canuto II, popularmente conocido como Canuto el Grande, fue rey de Inglaterra y Dinamarca a principios del Siglo XI, llegando a conquistar también el reino de Noruega y parte de Suecia. En poco tiempo la idea de que tenía un poder ilimitado se extendió por los territorios bajo su dominio, llegando a decirse de él que tenía capacidades sobrenaturales. En cierta ocasión, para poner a prueba su infinito poder, el rey Canuto instaló su trono en la orilla del mar y ordenó a las olas que se detuviesen. ¿Tanto confiaba en sus capacidades? ¿Tal era su prepotencia, su falta de humildad? ¿Se había vuelto rematadamente loco?

        Han pasado diez siglos desde este acontecimiento histórico del viejo continente y el panorama ha cambiado mucho en Europa, nos hemos dotado de una estructura común y el poder de los reyes ya no es absoluto. Este sábado tenemos elecciones al Parlamento europeo y los políticos son elegidos por el pueblo, un pueblo que no cree que sus gobernantes tengan poderes sobrenaturales. Vivimos una continua fiesta de la democracia, celebramos que las decisiones se toman por y para el pueblo, la soberanía popular es un hecho... 

        Vale, vale, quizá estoy exagerando, es posible que algunos mensajes repetidos últimamente por esas gentes de bien me hayan producido cierto lavado de cerebro que debo controlar. La realidad es que hay un importante desprestigio de la clase política y la ciudadanía confiamos poco o nada en aquello que nos pueden ofrecer. Sin embargo las decisiones que toman nos afectan y nos afectan mucho, también las decisiones que se toman en Europa. Aunque parece que en estas elecciones se prevé una baja participación, creo que en los últimos años nos hemos hecho conscientes de lo determinante que es el juego de poderes europeo para cuestiones que nos afectan en el día a día.

        Esta es la realidad: los ataques al sistema de protección social que estábamos construyendo en España antes de la crisis, no son responsabilidad únicamente de nuestro gobierno, la Unión Europea tiene una importante responsabilidad. Sé que tenemos pocas ganas de votar, que hemos perdido muchas esperanzas y no confiamos en lo que nos ofrecen, pero si nos quedamos en casa tampoco vamos a lograr nada. Sea cual sea tu caso, te recomiendo que leas la entrada de Belén Navarro en su blog en la que nos anima a NO VOTAR. Acertada, como siempre, quizá ella logre convenceros.

        Y como yo no suelo dejar de decir lo que pienso hay varias cuestiones que me preocupan y que hace más necesario votar en estas elecciones. Una fundamental es el avance de la extrema derecha en Europa, grupos políticos que pueden obtener mucha representación y que defienden políticas de exclusión, de desprecio hacia el diferente, antimigratorias y xenófobas. Os podéis imaginar qué tipo de políticas sociales va a desarrollar una Europa gobernada por esta gente.

        Si estás muy decepcionado con los partidos grandes también tienes la oportunidad de darles un toque de atención, hay muchas opciones y en esta ocasión cada voto cuenta. Piensa en quién puede representar mejor tus intereses y el domingo 25 no te quedes en casa. El compañero Nacho Santás también te anima a participar con una entrada en su blog: aquí.

        Lo cierto es que yo también estoy decepcionado, lo tengo que reconocer, pero mi decepción no se transforma en desesperanza o en desidia, porque sigo confiando en el género humano y sé que somos capaces de grandes cosas, sé que podemos cambiar las cosas y también estoy seguro de que podemos tener otro tipo de políticos, pero se lo tenemos que exigir.

        ¿Queréis que os cuente algo más del rey Canuto? La historia del trono junto al mar fue una estrategia bien pensada, una argucia de un rey que con esta acción demostraba inteligencia y astucia. Él sabía perfectamente que las olas no le iban a obedecer, él sabía que a pesar de su linaje era un ser humano con las mismas capacidades que cualquiera de sus súbditos, pero quería que estos también lo supieran. Las olas, como podemos imaginar, no obedecieron al monarca. Esta fue la forma en que el rey Canuto el Grande demostró con humildad que era un mortal como cualquier otro. Quizá nos merezcamos políticos que como él se atrevan a mostrarse humildes, quizá no. De nosotros depende.

        Os dejo con esta canción de Génesis, que habla de la historia que hoy traigo al blog: