lunes, 27 de noviembre de 2017

Cinco años de mandrágora

     La madrágora es esa planta mágica que aterra y atrae a partes iguales. Aterra por su alta toxicidad, pudiendo causar la muerte al ingerirla así como mareos y dificultad para respirar con solo tocarla, y atrae por sus poderes curativos, habiendo sido utilizada como analgésico, anestésico, purgante o para la curación de úlceras. Quizá por sus cualidades medicinales, pero también por sus efectos alucinógenos, desde tiempos remotos se ha utilizado en rituales mágicos contra las fuerzas del mal, para crear filtros de amor, incluso para aumentar la fertilidad. El nombre de este blog hace referencia a la parte más llamativa y potente de la planta: su raíz.

     Este blog acaba de cumplir cinco años, nació el 24 de noviembre de 2012 con una primera entrada que hablaba sobre violencia de género. Con la presente entrada sumo 112 desde entonces, no son demasiadas teniendo en cuenta el tiempo, pero suficientes para que me sienta satisfecho del trabajo realizado. A lo largo de estos años y estas entradas, he intentado reflexionar sobre diferentes temas que me preocupan aportando mi visión, después de valorar distintos puntos de vista, intentando ver más allá de la apariencia, procurando ir a la raíz. Eso es lo que me llama la atención de la mandrágora, esa dualidad que intento aportar a todos los temas que trato.

     Este escrito no tiene otra finalidad que dar las GRACIAS a las personas que dedican unos minutos a leer lo que aquí escribo y en ocasiones a comentarlo conmigo. Una de las cosas que más me llama la atención de este proceso es la sorpresa constante, sigo sin saber por qué unos escritos interesan más que otros, cuál es el motivo de la mayor repercusión de entradas que al escribirlas pensaba que pasarían más desapercibidas. Aprovecho para compartir las DIEZ ENTRADAS más visitadas, que son las que siguen:

A favor de la gestación subrogada: en varias ocasiones en este blog me he posicionado a favor de la gestación por sustitución, con una regulación adecuada que impida abusos, tema polémico que me ha traído no pocos disgustos. En esta entrada argumento los motivos a favor de la misma.





Rastrillo de los pobres: un evento de pura caridad en el año 2016 en Salamanca, fue el motivo de esta entrada que tantas visitas recibió y tanto debate generó en su día. No todo lo que se hace con buena intención ni con el objetivo de ayudar respeta la dignidad de las personas a las que se dirige la acción. Cualquier intervención social ha de estar basada, por encima de todo, en un enfoque de derechos, acerca del cual reflexioné en este escrito.

Las MATRIOSKAS y la relación de ayuda: en esta entrada aporté un punto de vista para valorar a las personas en nuestra relación de ayuda, respetando sus ritmos, sus derechos y huyendo de cualquier posición de control o sanción por parte del profesional.




Un Congreso de Trabajo Social muy personal: una de mis últimas entradas, que relata mi experiencia en el Congreso de Trabajo Social de Mérida celebrado el pasado mes de octubre, se cuela entre las cinco más visitadas de estos cinco años de blog. Las experiencias profesionales y personales compartidas parece que generan gran interés.

¿Te atreves a no juzgar?: con esta entrada planteé este reto para el año 2017 y habrá que ver si hemos hecho los deberes, que consistían en juzgar menos y aceptar más.



Cuento en el día contra la homofobia: el 17 de mayo se celebra el día internacional contra la lgtbfobia y en la primera ocasión en la que se conmemoraba esa fecha con este blog en activo, publiqué una entrada con un cuento escrito por mí con el que pretendía utilizar un recurso clásico a una finalidad educativa y de sensibilización, en tiempos modernos.


Sandra Barneda y su NO salida del armario: la extraña salida del armario de la televisiva presentadora creó tal revuelo en redes sociales que no me quedó más remedio que dedicarle una entrada ¡qué duro es ser bloguer a veces!




La importancia de marcarse objetivos: siempre me ha gustado encontrar razones para estar motivado y para hacer las cosas con pasión, en esta entrada intenté transmitir y ofrecer recursos para vivir de otro modo los retos que se nos presentan.





¡No te estrelles y estudia leyes!: nos guste más o menos el mundo del Derecho acaba afectando de manera significativa al Trabajo Social y concretamente a la vida de las personas que son objeto de nuestra intervención. Esta entrada tenía como finalidad animar a las y los colegas a perder el miedo a las leyes y "meterles mano" con otra actitud.




Desmontando el mito de Hansel y Gretel: otro de los temas recurrentes en este blog y en mi vida es el movimiento antisida, así que una vez más utilicé el recurso clásico del cuento para hacer una versión moderna y sensibilizar sobre el estigma del vih.



     Un 24 de noviembre nació este blog y un 24 de noviembre fallece Fredie Mercury, tan sólo un día después de hacer un comunicado en el que reconoce tener sida y estar dispuesto a combatir esa terrible enfermedad. Era el año 1991 y no existía la medicación actual ni la información con la que hoy contamos, pero poco han cambiado las cosas en el aspecto social. El mundo necesita más valientes como Fredie, también estamos escasos de genios

     Os dejo con una de sus canciones: "Living on my own". Él dice que se siente sólo y que se volverá loco pero que vive por sí mismo. Yo también vivo por mí mismo, pero este blog nació para sentirme menos sólo y menos loco. Lo primero sin duda lo he conseguido, pero la locura me sigue acompañando, y espero que siga conmigo hasta el final. A quienes me leéis ¡Gracias por estar ahí!



lunes, 20 de noviembre de 2017

Ley de dependencia ¡RASCA y GANA!



     Desde hace un tiempo tengo la sensación de que algunas personas acuden a mi despacho como si repartiese boletos del "Rasca y gana": probando suerte. ¿Qué premio buscan? Millones no, desde luego, porque aunque algunas personas tengan una idea equivocada, en Servicios Sociales no repartimos millones, ni siquiera somos prioridad en los presupuestos de ninguna administración pública, salvo que los políticos quieran hacerse alguna foto para la prensa, o estén en campaña electoral.

     Tengo esta sensación con personas dependientes y sus familias, generalmente con quienes tienen un grado I o II, pero a veces incluso con quienes tienen grado III. Vienen a mí y me explican que la ayuda que reciben es insuficiente y yo les entiendo perfectamente. A veces se trata del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), otras de la Prestación económica de cuidados en el entorno familiar (PECEF), o de la Prestación vinculada al servicio (PVS) para pago de un servicio de carácter privado, habitualmente un centro de día o un centro residencial.

     Muchas veces no ha cambiado la situación de dependencia del usuario, o lo ha hecho de forma poco significativa, pero se han modificado sus circunstancias sociales, familiares o económicas, a veces la familia está sobrecargada, los casos son variados y me los encuentro prácticamente a diario. Y la solución que encuentran es solicitar una revisión del grado de dependencia a ver si de ese modo obtienen una ayuda mayor, pues a mayor grado, mayor intensidad de los servicios y las prestaciones

     Tiene toda la lógica del mundo, la familia sabe que si obtienen una mayor puntuación en el Baremo de Valoración de la Dependencia (BVD), obtendrán más tiempo de SAD o una cuantía económica mayor de la prestación que reciben, o que subirán en la lista de espera de la Residencia pública que llevan tiempo esperando. Así que con buen criterio acuden a su trabajador social de zona para solicitar una revisión.

     Los recortes en dependencia nos han llevado a esta situación, los culpables tienen nombre y apellidos, además de cargos públicos. No me extraña nada que la gente acuda a mí intentando rascar unos puntos en el baremo de dependencia, porque es la única forma de recibir un servicio con una intensidad mayor. Es el rasca y gana, la cuestión es probar suerte.

     El SAD estaba concebido en su momento para que las personas con limitaciones de autonomía pudieran mantenerse el mayor tiempo posible en su entorno domiciliario, lo mismo se puede decir de la PECEF, esto es especialmente importante en el entorno rural en el que yo trabajo. Actualmente no resuelven las necesidades reales de las personas dependientes.

     En 2014 ya escribí una entrada en este blog titulada "La perversa aplicación de la ley de dependencia" que sigue estando vigente hoy en día, pues las cosas apenas han mejorado. Sí, es cierto, hasta el año 2006 esta ley no existía y estos recursos eran discrecionales por parte de los Servicios Sociales, cuando se prestaban y algunos ni siquiera existían. Pero la sociedad ha cambiado mucho, existe un envejecimiento preocupante, lo que genera mayores niveles de dependencia, y los apoyos familiares informales ya no se pueden prestar como se hacía tradicionalmente. Esta ley venía a paliar esos problemas, pero las modificaciones en su aplicación están encubriendo un desmantelamiento de la propia ley y una privatización masiva de los servicios.



     Aunque me cabrea esta situación, porque supone una sobrecarga de trabajo (muchas de las revisiones no suponen cambio de grado y sólo implican un trabajo innecesario y una expectativa no cumplida para el dependiente), tengo que ver la parte positiva. Según los informes del Observatorio de la dependencia, Castilla y León es la comunidad que mejor ha implantado la ley. Confío plenamente en estos informes, que deberían ser de obligada lectura para Servicios Sociales, pero me planteo una pregunta: ¿cómo lo vivirán las trabajadoras sociales de las comunidades autónomas que están en peor situación?

lunes, 6 de noviembre de 2017

Un Congreso de Trabajo Social muy personal


     No es que el Congreso haya sido personal, no nos liemos, la que es personal es esta entrada, pues pretendo dar únicamente mi visión particular y subjetiva del mismo. Aunque la verdad es que un Congreso de este tipo es en cierto modo personal, pues cada congresista hemos vivido una experiencia diferente, gracias a las mil posibilidades activas en cada momento.

Títulos sin acritud ¡lo prometo!
   Ser congresista se parece mucho a aquellos libros que tanto me enganchaban de pequeño, una colección que se llamaba "Elige tu propia aventura". Las sensaciones no difieren mucho: lo abres con emoción, con muchas ganas, con intriga y gran expectativa, al final de cada capítulo eliges por dónde seguir, y muchas veces piensas que quizá no hayas elegido bien, pero otras quedas altamente satisfecho y sabes que en parte han sido el azar o la intuición los elementos que han determinado la fortuna. No deja de ser curioso a la par que apasionante. Así ha sido este Congreso.

     Resulta inevitable comparar este gran evento con el de hace cuatro años, todas hemos evolucionado: las personas que nos hemos encontrado, la profesión, incluso las normativas que nos dan cobijo y la propia realidad social. También entonces publiqué una entrada reflexiva sobre el Congreso de Marbella que titulé "El día que desaparezcan los derechos sociales, desapareceremos nosotros" en alusión a una frase de Belén Navarro que podrás leer si pinchas sobre el título resaltado. Algunas cosas no han cambiado, también en esta ocasión he echado en falta una mayor intensidad en las reivindicaciones

     Quizá nos hemos acomodado un poco, es posible que nos hayamos creído en parte el discurso oficial que habla de una crisis que ha sido superada. Pero yo en mi trabajo diario me sigo encontrando con familias que no pueden pagarle los libros a sus hijos, familias cuyos recibos de luz, gas o calefacción se acumulan sin poder hacerles frente y familias con todos sus miembros en paro que no tienen cómo alimentar a sus hijos. Y me encuentro constantemente con personas mayores y dependientes que se mueren de asco porque la ley de dependencia no funciona adecuadamente. Y con todo esto a veces no sé si entre tanta gestión tengo tiempo para hacer Trabajo Social.

     Todas aplaudimos cuando Teresa Matús dijo muy fuerte que el Trabajo Social tiene que ver con los derechos y el reconocimiento, o cuando nos habló de la desigualdad, la vulnerabilidad y los puntos ciegos que debemos aprender a reconocer, o cuando dijo que los fallos no están en las personas sino en las conexiones que las unen, que mejoremos los sistemas, que confiemos en el potencial de la gente.

     También aplaudimos cuando Christian Felber nos dió esperanza al hablar de la economía del bien común y decirnos que los mercados  libres no existen, pero que pueden ser más éticos, o cuando nos hizo ver que cada regla que nos damos restringe la libertad y causa dolor en el pueblo soberano. Por supuesto le aplaudimos las piruetas y la sonrisa, pero eso ya es otra historia.

     Y sin embargo, a lo largo de las comunicaciones y actividades del congreso eché en falta una mayor defensa de los derechos de las personas que son nuestro material de trabajo. Y también eché en falta, una vez más, a los directores y gerentes que tanto están trabajando para visibilizar los puntos ciegos de nuestro sistema de bienestar.


     Sería injusto, no obstante, no reconocer todas las cosas buenas que ha tenido este Congreso, al mismo tiempo que agradecer al CGTS y al Colegio de Badajoz el impresionante trabajo que han  hecho para que los demás nos dediquemos a disfrutar (y a veces a ser injustos con críticas posiblemente demasiado duras). La organización ha trabajado mucho y muy bien, incluso en momentos críticos en los que por falta de espacio las salas se llenaban y nos quedábamos sin poder entrar a la actividad que más interés tenía. Visto con perspectiva, entiendo que no han sido responsables de estas limitaciones. Además, gracias a una de estas situaciones conocí a las trabajadoras sociales canarias más simpáticas y acogedoras que me inyectaron motivación durante estos intensos días.

     Me gustaría destacar algunas de las actividades que más he disfrutado, además de las conferencias marco mencionadas, ambas brillantes. Algunas comunicaciones me han resultado sorprendentes e innovadoras, como la de Silvia Adillón, que nos mostró un sistema de atención domiciliaria para mejorar la calidad de vida de pacientes que de otro modo estarían hospitalizados. Otras las exponen amigos y además de la calidad de su exposición, compartimos afecto y admiración, como es el caso de Carmen Ruth Boillos con su experiencia de Trabajo Social Rural y Fernando Cuevas con la aplicación de las redes sociales a la docencia del trabajo social.

     Especial mención haré a los y las compañeras de la BlogoTSfera, que añaden valor a nuestro grupo con sus comunicaciones, ponencias o talleres. Es el caso de Begoña GarcíaInmaculada Sol, Javier Espinosa, Israel Hergón o José María Regalado; así como el interesantísimo y enriquecedor encuentro "La caña social" pilotado por Jesús Díaz, para compartir experiencias de emprendimiento que no han triunfado y reflexionar sobre las causas ¡realmente innovador!

Encuentro de la BlogoTSfera
     Para ir concluyendo, también quiero mencionar el Taller-encuentro de la BlogoTSfera, esta vez estuvimos catorce miembros de esta familia y el encuentro resultó muy dinámico, con la presentación de nuestro grupo y nuestros blogs, dando tiempo a la participación de la gente que quiso estar con nosotros. Ver el interés que genera nuestra experiencia me anima a continuar dando contenido a este espacio virtual. Gracias a todas las personas que me habéis dicho que valoráis lo que escribo ¡os debo una!

     Quiero acabar con dos ideas. Una es tan cierta que duele y casi me hace llorar, lo dijo Encarna Peláez, comisaria de la exposición sobre Mary Richmond, en el debate sobre Servicios Sociales con los políticos: "En Servicios Sociales damos bolsas de alimentos y quitamos la dignidad". Me niego a pensar que esto dure para siempre, lucharemos por cambiarlo.

     La otra idea es de Teresa Matús que nos dijo, en la conferencia inaugural, que "el Trabajo Social ha de ser un trabajo en movimiento" y nos lo recordó de forma práctica Antonio Nisa en la clausura. Y eso es lo que yo quiero, un Trabajo Social en movimiento, formado por personas maravillosas como las que estos días nos hemos encontrado en Mérida, personas con ilusión, con motivación, con un compromiso férreo y con ganas de aportar para que todas las personas mejoremos y seamos más felices, más dignas en el reconocimiento de nuestros derechos, más integradas, más plenas

     Y es que un Congreso de nuestra profesión ha de ser ante todo, lo que  ha sido, un encuentro profundamente humano entre personas que son conscientes de que sólo en comunidades sostenibles, inclusivas, solidarias y cuyas relaciones estén basadas en los derechos y el reconocimiento de la dignidad del otro, es posible el pleno desarrollo de los pueblos y sus gentes.

     Y ahora sí, de verdad, termino con el AGRADECIMIENTO a mi compañera Beatriz Carballo, por haber creado un lazo más humano entre nosotros y por la etapa que hemos pasado en el Colegio de Trabajo Social de Salamanca y Zamora, que ha tenido como broche este Congreso. ¡Gracias, compartiremos mucho  más!